Sábado, 18 de mayo de 2024
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Se le atribuye a Cicerón esta famosa frase: “la gratitud no solo es las más grande todas las virtudes sino la madre de todas las demás”. Connotación especial para esta considerada hoy como la emoción positiva por excelencia. Antes fue enfocada como un tema religioso o de buenas costumbres, es la sensación que integra todo el cerebro y cuyo origen biológico se centra en el cíngulo anterior. Recorre el lóbulo prefrontal y estimula los núcleos del sistema límbico.

Nos ha permitido vivir como especie, desarrollarnos, mentalizarnos de las inventivas y reducir por supuesto la actividad de la amígdala cerebral resguardada en el lóbulo temporal. Ajeno a que sea un proceso cognitivo o receptivo es una sensación embriagadora que estimula producción de importantes neurotransmisores. La dopamina, la serotonina y esta, la sustancia del apego: la oxitocina. No existe un mejor estado de bienestar individual que vivir bajo la influencia de estos tres neurotransmisores.

Son múltiples las acciones de la gratitud conocida como el antidepresivo natural. Remueve emociones tóxicas, libera neurotransmisores que fomentan el vínculo social, regula el estrés, aleja la angustia, controla el dolor y especialmente mejora la calidad del sueño. Mencionamos además unas manifestaciones que vemos en el grupo sanitario: el Síndrome del Quemado. Hay despersonalización, agotamiento emocional y ausencia de desempeño emocional. La gratitud los previene.

Existen múltiples trabajos que mencionaremos, pero entre ellos estos dos. El primero, la Universidad de Miami. Personas sanas divididas en tres grupos y al primer grupo se le pide que escriba sobre la gratitud, El segundo, las cosas que le disgustan y el tercero lo que deseen. Los resultados clínicos extraordinarios: el primer grupo tiene mejores resultados, menos consultas médicas, mayor reintegro laboral y excelente tolerancia a la medicación. El segundo, Universidad de Indiana y utilizando en este trabajo pacientes con alteraciones mentales y similares criterios de división. También los resultados en la escala de gratitud señalan mejor rendimiento en el grupo uno. Definitivo: la gratitud es una buena medicina.

La regulación epigenética entra a jugar con la gratitud: contribuye a perdonar y olvidar las emociones negativas. El control cognitivo se hace mucho más positivo y mejora el estado de ánimo. Hay una mejor sintonía con la empatía. Nuestra característica de animal social se hace evidente, crece el apego y las redes sociales crean nuevas conexiones para consolidar el trato de la confianza. A pesar de su sensibilidad y especificidad la resonancia nuclear magnética y su variante funcional no alcanzan a detectar las áreas que se integran con la virtud de la gratitud. Algunos postulan que es el área prefrontal medial, conectada con el aprendizaje y la toma de decisiones se activa más. El agradecimiento es algo que se puede desarrollar y trabajar.

Pensar en algo bueno que te ha pasado, llevar un diario de gratitud, escribir una carta de agradecimiento son algunas de las pequeñas estrategias que los expertos y estudiosos del tema aconsejan. La gran ventaja: ves fuera de ti. A muchas personas les han pedido que definan gratitud. “sentirnos bien después que nos pasa algo bueno”… esto le convierte en reactiva. Es un elemento de la resiliencia y un interruptor que prendemos cuando la vida va bien y especialmente cuando hay oscuridad. No podemos asimilar la gratitud sólo cuando las cosas marchan bien. Hay mucho en el pasado y si miramos encontraremos que existen varios obstáculos que nos han derrumbado pero que hemos sido capaces de superar. La gratitud es la afirmación de nuestra identidad que con convicción vive las emociones positivas.

El primer paso para fortalecer la gratitud es reflexionar sobre las cosas buenas que le han sucedido en la vida: grande o pequeña. Fortalece los vínculos con las personas cercanas y borra el resquemor con otras. Es la sensación de apreciación de la vida y satisfacción con el pasado. Está relacionada con una mayor complacencia individual que regula la relación con la pareja. Es la herramienta para mejorar nuestra salud física y estado emocional. Recuerde, tiene que ser sentida para que nuestro cerebro se sienta pleno. La gratitud te hace más feliz e incrementa la salud mental de los pacientes que están en tratamiento de psicoterapia, dos de los aportes valiosos de esta emoción positiva.