The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring, obra cinematográfica estrenada en diciembre de 2001, sin duda fue uno de los acontecimientos más importantes de la década del 2000 y de la historia del séptimo arte.
La adaptación de la colosal obra de J.R.R. Tolkien vió la luz en nuestro mundo gracias al genio del neozelandés Peter Jackson y a una legión de artistas de todos los campos creativos.
Al igual que otros títulos de la literatura universal, se consideraba imposible adaptar al lenguaje cinematográfico,. Por eso, causó sorpresa cuando en 1999 se supo que se estaba realizando la preproducción de esta saga, la cual estaría dividida en tres partes: La Comunidad del Anillo (2001), Las Dos Torres (2002) y El Retorno del Rey (2003). Juntas, lograron la impactante suma de 17 premios Oscar, incluidas mejor director y mejor película por la tercera parte de la saga.
Esta trilogía no solo es una carta de amor al mundo de la fantasía, también es un homenaje al cine por su indescriptible cualidad narrativa y estética, la cual permitió un resurgir del género en una era donde se creía que era de una factura menor y sin mayor trascendencia más que la de espectáculos meramente visuales de criaturas de cuentos y espadas.
El consenso de la crítica respalda la premisa de que, al día de hoy, El Señor de los Anillos es una saga sin igual que ha impactado profundamente el corazón de la cultura popular de la mano y la visión de Peter Jackson, más si tenemos en cuenta que es una obra adaptada en un mundo antiguo medieval con criaturas fantásticas como orcos, dragones, magos y hechiceros oscuros.
La determinación y el compromiso con la obra de Tolkien permitieron reunir a uno de los elencos más formidables de la historia, con nombres como Ian McKellen, Christopher Lee, Cate Blanchett, Hugo Weaving, Liv Tyler, Viggo Mortensen y el icónico Elijah Wood, entre una extensa lista de actores y actrices de primera categoría.
El viaje de Frodo y la comunidad es una metáfora viviente de la lucha del bien contra el mal absoluto, es una historia de amor entre seres bondadosos que habitan la tierra y entregan el sacrificio máximo en pro de la conquista de la luz sobre la oscuridad, una traslación de los horrores de nuestro mundo como lo fueron las guerras mundiales, la industrialización y la imposición de la maquina sobre el verde de los campos y el hogar de todo ser viviente que habitara los bosques y montañas,
Es a la vez una lucha contra el poder absoluto, un viaje a través de la tentación del mal y sus espejismos de dominación, una batalla interna en cada uno de los personajes que son atraídos por el anillo único, en donde ha sido vertida toda la maldad y crueldad del gran señor oscuro conocido como Sauron, un ser sin cuerpo físico que habita la cima de una torre en forma de un ojo hecho de llamas.
No es solo una película de fantasía; es un poema épico plagado de tristeza y un profundo dolor en el que las criaturas más nobles de este mundo son aquellas que nos reconcilian con los conceptos de la amistad, la camaradería y la entrega de todo en favor de un bien mucho más grande que cualquier ambición personal y egoísta; es una epopeya y a su vez un cuento sobre la lealtad; es, sin lugar a duda alguna, un viaje hacia el asombro, el misticismo, la magia y los héroes de leyenda.
En palabras sencillas, no es más que un reflejo de nuestra humanidad, con nuestros errores y virtudes. La comunidad del anillo representa nuestros miedos, frustraciones, deseos de poder y a la vez, nuestra capacidad innata para el bien y el sacrificio. Es, y será, un viaje a través de la oscuridad, en donde la luz brilla para los valientes en un halo de esperanza y amor por nuestro mundo.
