De izquierda a derecha, obra Femme et lumiëre bleu, intervención artística para Vogue y Fantomes.
En pleno corazón de Malasaña, uno de los barrios históricos de la capital española, -y con una efervescencia cultural que se asocia a la Movida Madrileña de los 80’s-, tiene su estudio Nicoläs Villamizar, artista colombiano que pinta desde los dos años y desde entonces confiesa “un amor eterno por la pintura”. Formado en París, Barcelona, lleva 15 años viviendo en Madrid, y acaba de inaugurar su exposición: ‘Äm Here, Architecture of a chaotic beauty’, la primera exhibición en solitario y una retrospectiva de su obra que ofrece un recorrido mediante una selección de 50 piezas, entre lienzos, esculturas, neones, dibujos y objetos customizados.
Su obra está llena de colores vivos y prevalece la línea como elemento protagonista, así como las formas del cuerpo humano. Durante sus años viviendo en Europa, ha expuesto en diferentes escenarios como la Galería Kreisler, Casa de América en Madrid y en ferias como Art Mad, Just Mad y Mula Fest.
“Äm here es una declaración de intenciones y un juego de palabras con la a con diéresis que es mi firma. Una pintura que va de lo abstracto a lo figurativo y de lo figurativo a lo abstracto. Siempre utilizo trazos que son discontinuos y que invitan a la interpretación, y un poco, a que la persona que lo esté viendo baile con la imagen”, cuenta el artista.
Su técnica está influenciada por los inicios de la era del grafiti y la obra en trazo característica de artistas del siglo XX. Su forma de representar la realidad es inmediata, sencilla y esquemática. Es así como el erotismo omnipresente en su obra, con la mujer como musa y alma mater, adquiere un tono naïf y una narrativa propia del realismo mágico.
De izquierda a derecha, obra Couple in red, el artista Nicölas Villamizar y la escultura Attraction.
“Es un culto al cuerpo, una fascinación que tengo por la época del Renacimiento”, añade. Y cuenta además que en su obra prefiere la espontaneidad, dejarse llevar, y eso sí, inspirarse con música. Es un melómano y coleccionista de vinilos: “Mi obra la veo como un baile, me inspiro con la música, leyendo, con los viajes… Al final un artista es una suma de todo lo que ha vivido, las personas que ha conocido y los países en los que ha estado. Mi pintura es intimista, soy una persona muy nostálgica, de recuerdos, de imágenes pasadas”.
Precisamente su experiencia acumulada de estos años, la ha aplicado a lo que hoy es su proyecto de vida. Antes de dedicarse de lleno al arte desde que dejó su natal Bogotá y se radicó en Madrid, empezó a trabajar con agencias de publicidad y en proyectos de diseño. “Dedicarse al arte es muy difícil sobre todo cuando empiezas”, asegura. Y es que Nicoläs ha combinado la pintura con la ilustración y la dirección creativa para marcas como Amazon, GQ, Estrella Galicia, Mercedes Benz, VOGUE, Peugeot, y Fundación Mapfre.
Aunque confiesa que para él la pandemia ha sido una especie de trampolín para consolidar su carrera sobre todo de cara al público: “Tuve un momento de desconexión y conexión con mi línea de trabajo. Fue muy positivo. Con esto de que todo el mundo estaba en casa, hacía videos para redes sociales que tenían muchísimo éxito, y de repente todo empezó a encajar e ir subiendo y me empezaron a llamar para encargos privados”.
Ahora, sigue trabajando con marcas pero solo con arte. Pinta murales en hoteles como el próximo que hará en Ibiza o realiza live painting e intervenciones artísticas para diferentes campañas de alcance internacional. “Hoy el artista tiene más perspectivas por donde moverse para poder vivir del arte”, asegura.
La exposición Äm here que se llevó a cabo en el espacio Ephimera en Madrid, fue visitada por más de 3,000 personas en cuatro días y ahora será itinerante por diferentes ciudades de Europa. “Me gustaría cerrar en Bogotá a final de año o inicios del 2023”, dice Villamizar, que además cuenta que dentro de sus próximos proyectos está hacer una serie de cuadros inspirada en la cultura precolombina.
Por ahora, el próximo ‘capítulo’ de su obra será en Lisboa en mayo, luego Amberes, París, Londres, Ibiza y Barcelona, y seguirá ‘escribiéndose’, porque como él señala: “Una exposición es como un relato, un libro, tiene un inicio, una línea narrativa y un final”.
