La visita de Pelosi, es la primera por parte de un presidente de la Cámara de Representantes en 25 años, la cual obedece a una gira por el continente asiático, que la ha llevado previamente a Singapur y Malasia.
Desde que se supo de este encuentro, el gobierno chino, se opuso y advirtió que en caso de que la política estadounidense insistiera en desplazarse a suelo taiwanés, ellos tomarían medidas «contundentes». Para el gigante asiático, Taiwán es su provincia rebelde a pesar de que la isla ha declarado su independencia y cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea.
La visita de Pelosi ha permanecido fuera de su itinerario público hasta el último momento, lo que ha avivado la incertidumbre y ha puesto en alerta a los ejércitos chino y taiwanés, que han incrementado su preparación de combate a lo largo de la jornada.
Fuentes cercanas al asunto han indicado en declaraciones a la cadena de televisión china CCTV que poco antes de que el avión haya aterrizado en el Aeropuerto de Songshan varios cazas Su-35 de la Fuerza Aérea china han cruzado el estrecho de Taiwán.
El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying indicó a la prensa que «Estados Unidos cargará con la responsabilidad y pagará el precio por socavar la soberanía y la seguridad de China», Pekín considera a Taiwán como parte de su territorio que tiene que reunificar, por la fuerza si es necesario, y advirtió que considerará una visita de Pelosi a la isla como una provocación.