El coronavirus ha funcionado como catalizador para revitalizar el diálogo interinstitucional intrínseco al modelo político
Por: Susana del Río Villar. Doctora en Ciencias Políticas, académica de la Academia Europea de Ciencias y Artes. Profesora. Directora del grupo de expertos Convención sobre el futuro de Europa, Fide. Directora del ciclo UE Broseta. @Su_delRio
El verdadero reto europeo es ser Unión Europea. La UE está atravesando una de las etapas más complejas de su proceso de integración. La crisis generada por la pandemia está influyendo tanto en su agenda política como en un encuentro con ella misma, con lo que significa como modelo político. La lección más importante que está escuchando la UE tiene doble destinatario: hacia sí misma y hacia los gobiernos de los Estados miembros que la integran. Esta doble lección desplegada en la gobernanza multinivel que “gobierna” la Unión Europea conlleva que el reflejo de la UE ante el espejo muestre diferentes imágenes: sus respuestas ante el Covid-19 y cómo está desarrollándose la negociación para abordar y vencer esta crisis europea y global.
La primera lección llegó al observar cómo la capacidad de reacción como UE se vio mermada al comienzo de la invasión del virus por no tener competencia sanitaria. La competencia de sanidad la tiene cada Estado. Una vez realizada esta catarsis, la UE debía tomar medidas urgentes buscando y coordinando sus espacios con poder de acción. Tanto el Parlamento Europeo como la Comisión Europea tomaron medidas ensambladas en la solidaridad como fue el programa SURE de la Comisión dirigido al empleo.
En este camino de aprender lecciones que ha acelerado el coronavirus, la UE emprende una etapa de renovación guardando siempre sus valores y su modelo político. Su poder emanará de la capacidad de enfocar sus políticas profundizando en su propia política vertebrada en la búsqueda de consenso que alumbra acuerdos.
El proyecto europeo se hace, siguiendo las palabras de Robert Schumann, en el paso a paso. En ese paso a paso, la huella la marca cada decisión política. El coronavirus ha funcionado como catalizador para revitalizar el diálogo interinstitucional intrínseco al modelo político. El Parlamento Europeo comenzó dando señales con sus resoluciones, la Comisión Europea las recogió y redactó un Plan de recuperación, el Consejo Europeo llegó a un acuerdo.
Al estar vinculado al Marco Financiero Plurianual 2021-2027 el Parlamento Europeo retiene la carta de que su aprobación al presupuesto plurianual es inherente al compromiso firme del Estado de derecho en el Consejo Europeo.
Estamos en un tiempo decisivo para que el Plan consiga dar frutos. Hay que subrayar que el “guión” al llegar a cada Estado miembro, se hace también nacional. Cada Estado debe redactar un Plan nacional de recuperación, desarrollarlo e implementarlo de manera rigurosa, siguiendo las directrices marcadas desde Bruselas. Cada país deberá realizar las reformas necesarias para que el Fondo, desplegado como deuda conjunta, consiga vencer a la crisis y que la suma de esa implementación en cada nivel nacional, constituya una suma de crecimiento europeo común. En el marco intercontinental lo que sea positivo para la Unión Europea, lo será para América Latina. También está sobre el tablero el pacto migratorio propuesto por la Comisión Europea, una “solidaridad personalizada” para cada Estado que conllevará un debate complejo. Este asunto clave, humanitario, influirá en la política multilateral.
asisten a una conferencia de prensa conjunta en el Parlamento Europeo en Bruselas, Bélgica.
En la gobernanza multinivel, la Conferencia sobre el futuro de Europa significa la confluencia, tenemos la referencia de las dos Convenciones europeas, de instituciones, gobiernos, entidades y representantes de la sociedad civil. La Conferencia dará visibilidad de nuevo a la complementariedad de la democracia representativa con la participativa en nuestra democracia supranacional. Este gran debate es una oportunidad para hacer converger los desafíos de la UE, Pacto Verde Europeo, migración, digitalización, sanidad europea, con temas políticos transversales: el sistema del Spitzenkandidat, las listas transnacionales, la superación de la unanimidad y la recuperación de la Constitución europea, con su poder político, social y ciudadano.
El gran reto de la UE es que en la bifurcación de enfoques más unión o más soberanía nacional vinculada a modelo intergubernamental, se eleve más Europa, más soberanía europea, más modelo de integración e integrador: ser Unión Europea.
