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Escotilla de Escape

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*¿La próxima movida?*

Pedro Pablo Jurado. Executive MBA Kellogg School of Management. INALDE Business School – Programa de Alta Dirección Empresarial. pedropablojuradod@gmail.com

Seguramente una simple teoría de juegos no aplique de manera directa o lineal a las conjeturas y vaivenes de la política nacional. Sin embargo, modelos de predicción comportamental se han convertido en la base de desarrollos tecnológicos que hoy maravillan a la humanidad.

Actualmente, modelos algorítmicos predicen y describen el comportamiento de consumidores, inclusive son permanentes los procesos de encuestas a la población en los escenarios de toma de decisiones políticas.

No hay un solo gobierno democrático que hoy no entienda el valor de las encuestas en la toma de decisiones políticas. La pregunta clave será si es posible que podamos entender de manera predecible el comportamiento político del actual presidente.

Las dos últimas semanas han sido, se podría decir, las más movidas en lo que va del Gobierno de Gustavo Petro. Sin duda, los aconteceres despiertan el interés con relación a las movidas que el jefe de Estado tendrá para responder a esos momentos de crisis y las implicaciones que estas acciones puedan tener en la vida nacional.

Este panorama plantea una prueba de fuego a la institucionalidad de la República, teniendo en cuenta que las crisis vividas por el Gobierno plantean rupturas a su esquema de organización política.

Principalmente se advierte que el esquema interno del Pacto Histórico ha sido conformado más por una necesidad electoral que por una matriz ideológica. En verdad, el modelo ideológico planteado como bandera del Gobierno Petro mostró que no es afín a todos los actores de esta colectividad.

El hecho de que hayan expulsados tres ministros del gabinete –salidas que han sido costosas– dan una clara señal: Petro se anticipó, en parte, a la crisis que sabe está afrontando en el campo político.

Esto abre la puerta a la latente posibilidad a que esta salida se convierta en una constante actuación para buscar “oxígeno político, lo que podría poner en entredicho la continuidad de las políticas públicas que sustentan su programa de Gobierno.

Desafortunadamente, lo acontecido en estas semanas probó que la única crisis enfrentada no fue ministerial. Son muchísimos los escenarios en los que este gobierno siente debe provocar transformaciones a la República.

Semánticamente utilizan la palabra «cambio» para cualquier contexto en el que políticamente quieran provocar una alteración o sustitución al estado existente. ¿Pero las evidencias para tales decisiones son públicas? ¿O son resultado de confundir el concepto de legitimidad democrática con tiranía de las mayorías?

Son muchas las preguntas abiertas a razón de un gobierno que se empeña en cambiarlo todo porque en el país nada funciona y todo debe ser cambiado.

Eso conlleva a plantear varios escenarios, los cuales siguen siendo una incógnita, puesto que aún no es claro cómo enfrentará el disenso político al interior del Pacto Histórico y con otras fuerzas políticas. Además aún es difuso si el jefe de Estado buscará el oxígeno político en el Congreso o tendrá que enfrentarlo en las calles, o en caso contrario estará abierto al control de legalidad de las cortes o buscará enfrentarlas en la plaza pública.

Esto también abre la puerta al interrogante de si se respetarán marcos institucionales y reconocerán valores institucionales en condiciones ya existentes o si tendremos todos que volcarnos al escenario de la protesta.

Amanecerá y veremos…