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Política

Los cómplices del chavismo

Oro, petróleo y comida, fueron los ingredientes para que el […]

Oro, petróleo y comida, fueron los ingredientes para que el chavismo a través de Álvaro Pulido y Alex Saab crearan un entramado de empresas en Asia, Europa y América, para mover miles de millones de dólares provenientes de contratos entregados por el régimen y de operaciones ficticias. Una investigación multinacional en la que participaron autoridades de Colombia y Estados Unidos, tiene contra las cuerdas al gobierno de Nicolás Maduro que hace todos los esfuerzos para que Alex Saab, uno de los eslabones que tiene la llave de esas operaciones ilícitas que están clasificadas como lavado de activos, no sea extraditado desde Cabo Verde a una cárcel en Estados Unidos y comience a soltar la lengua sobre el régimen corrupto venezolano.

Álvaro Enrique Pulido Vargas falleció el 18 de septiembre de 2005 en Fort Lauderdale, Florida. Su cuerpo fue cremado en la funeraria Abco Crematory, ubicada en esa misma ciudad. Un año después, sus familiares entablaron un proceso en Colombia con el fin de hacer claridad sobre el apellido materno del difunto que aparecía como Vargas, pero que en realidad era Brand. Así fue como un juez de la República aceptó la nulidad del apellido y ordenó a la Registraduría Nacional la cancelación de la cédula 79.324.956.

Pero sus nombres, apellidos y cédula de ciudadanía, revivieron en cuerpo ajeno dos años después. Lo adoptó German Enrique Rubio Salas, un hombre que hacia parte de la estructura del llamado cartel de las drogas de Bogotá. El 11 de mayo de 2000 fue capturado por las autoridades y enviado a prisión por los cargos de narcotráfico y lavado de activos. Frente a la posibilidad de purgar una larga condena, Rubio Salas decidió colaborar con las autoridades, bajo la condición de convertirse en testigo protegido. De esa manera entregó información valiosa sobre las rutas por donde se movía la droga, los nombres de varios de los integrantes del cartel de Bogotá, así como los contactos que tenían para la venta de la droga y los negocios con otros carteles de Medellín y el Valle del Cauca.

Cuando fue dejado en libertad lo hizo bajo una nueva identidad: Álvaro Enrique Pulido Vargas, con cédula de ciudadanía 79.324.956. Lejos de apartarse de los malos negocios, este hombre, que ha manejado cinco diferentes identidades, terminó involucrado en una investigación internacional de narcotráfico por el envío de más de dos toneladas de cocaína a Italia y que permitió la captura de narcotraficantes en Boston, Caracas, Bogotá, Cali y Pereira. En Italia fue condenado como reo ausente a quince años de prisión.

Los cómplices del chavismo

El hombre en Caracas

Lo increíble de esta historia es que con semejante pasado delincuencial, jefe de un cartel de la droga, Pulido terminó paradójicamente por convertirse unos años después en asiduo visitante de los dirigentes del chavismo y el eslabón de la corrupción que carcome el régimen de Nicolás Maduro. Su cómplice en todo este entramado, el empresario Alex Saab, está a las puertas de la extradición desde la República de Cabo Verde, un Estado soberano insular de África, rumbo a Estados Unidos para responder por una maraña de empresas de papel, en las que se movieron más de 1.500 millones de dólares entregados por el régimen de Maduro en contratos de alimentos, oro y petróleo; que terminaron en operaciones ficticias, por lo que estos movimientos son considerados por las autoridades estadounidenses como lavado de activos.

La historia de Germán Enrique Rubio Salas (su verdadero nombre) y Alex Saab, forma parte de una gigantesca investigación llevada a cabo por el FBI, DEA, Departamento del Tesoro, US Customs and Border Protection, Fiscalía General de la Nación y la Policía de Aduanas de Colombia, que lograron armar el rompecabezas de una de las organizaciones más grandes dedicadas al contrabando, lavado de activos, corrupción y nexos con chavismo.

Para las agencias estadounidenses y las autoridades colombianas, Enrique Rubio Salas o Álvaro Enrique Pulido, es el hombre clave del entramado de corrupción del régimen venezolano tanto en la era de Hugo Chávez como la actual de Nicolás Maduro y que tiene también como protagonista a Alex Saab, un Sirio-libanés, nacido en Barranquilla y que Maduro calificó de ciudadano venezolano y “agente especial que recorre el mundo para hacer gestiones en nombre del gobierno bolivariano para garantizar el derecho a la alimentación y la salud, fundamentales para el pueblo venezolano”. De inmediato reclamó del gobierno de Cabo Verde que Saab tenía inmunidad diplomática.

De acuerdo con las investigaciones adelantadas por las autoridades estadounidenses y colombianas, desde el 2010, bajo la nueva identidad de Álvaro Enrique Pulido Vargas, comenzó a tener negocios con el gobierno venezolano que para ese entonces estaba en manos de Hugo Chávez. Para los investigadores tanto de Colombia como de Estados Unidos, su relación con la alta dirigencia venezolana tiene nombre propio: la exsenadora Piedad Córdoba. Los investigadores lograron recopilar un arsenal de información virtual que permiten establecer que Córdoba abrió el camino para que Pulido y Saab llegaran al Palacio de Miraflores.

El resultado de esa relación con el gobierno de Chávez, permitió que a partir de mediados de 2010, Pulido realizara una serie de negocios a gran escala con el régimen venezolano. Los primeros de ellos relacionados en el sector de la construcción en obras públicas y vivienda popular. Para lograr la adjudicación de esos contratos Pulido se asoció con Alex Saab, quien de acuerdo con los investigadores del caso, también tenía una estrecha relación con la exsenadora Piedad Córdoba. Los dos nuevos benefactores del gobierno venezolano crearon una serie de empresas tanto en Colombia, Venezuela, Ecuador, España, Hong Kong, México y la isla de Malta.

Una de esas compañías que se creó precipitadamente en Colombia fue Fondo Global de Construcción, conformada el 24 de noviembre de 2011 y cuatro días después le adjudicaron un contrato por el gobierno de Chávez que ascendía a la cifra de 685 millones de dólares, para la construcción de viviendas prefabricadas, dentro del programa llamado “Gran Misión Vivienda”, con el que se pretendía beneficiar a los sectores más pobres de la población.

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Alex Saab

Los investigadores del FBI, DEA y aduanas de Estados Unidos y Colombia, lograron determinar que Pulido y Saab constituyeron filiales del Fondo Global de Construcción en Ecuador y Venezuela para “manejar exportaciones ficticias y lavar millones de dólares. Además, aparecían como propietarios de la compañía española FGDC Latam 2012, que a su vez era la dueña de FGDC Malta Holdings Limited”, afirmó uno de los investigadores colombianos que siguió el rastro de Pulido y Saab desde el 2015.

Las pesquisas llevadas a cabo por los investigadores, lograron establecer que a petición del propio Hugo Chávez en reuniones con Pulido y Saab se incorporó a estas filiales a Luis Eduardo Sánchez Yáñez, uno de los hombres más cercanos al régimen chavista.

El primer tropiezo de Pulido y Saab, con su nuevo socio Sánchez, lo tuvieron meses después cuando la fiscalía de Ecuador inició una investigación sobre la filial de Fondo Global de Construcción. Los fiscales determinaron que era una empresa de fachada para exportaciones ficticias que había permitido blanquear recursos por más de 160 millones de dólares. Después de seis meses de investigaciones, el 22 de noviembre de 2013, la fiscalía ecuatoriana ordenó el arresto de Álvaro Pulido, Luis Sánchez. Su encauzamiento era para responder por lavado de activos.

La medida de aseguramiento como el proceso judicial nunca se pudo llevar a cabo, el caso contra los imputados fue sobreseído en julio de 2014, durante el gobierno de Rafael Correa, después de un intenso lobby realizado por el mandatario ecuatoriano con su homólogo Chávez.

Mientras huían de Ecuador, Pulido, Saab y Sánchez, crearon una serie de nuevas empresas, entre ellas Fondo Global Holding Limited, constituida en el 2013 en Malta, con registro C59241, con domicilio fiscal en Theuma House 302, en la ciudad de Valeta, capital de esa nación. Otra de las empresas claves, que también fueron rastreadas por el FBI, la DEA y Aduanas de Estados Unidos, es el Fondo Global Petrolero en la ciudad de Caracas, en las que recibieron millonarios contratos por parte de la Empresa de Petróleos de Venezuela (PDVSA). En la isla caribeña de Dominica, Pulido y Saab, constituyeron el banco ASA Bank & Trust, que enlazaron con una filial en Panamá.

Sueño americano

El nombre de Alex Saab comenzó a estar en el radar de las autoridades aduaneras desde hace más de 15 años. Hijo de Luis Amid Saab, un inmigrante sirio-libanés, que echó raíces en la ciudad de Barranquilla, dedicado al comercio de la ropa que ofrecía a domicilio. Luego, decidió incursionar en el mundo empresarial y montó una pequeña fábrica en la que producía toallas, que vendía al detal y al por mayor a los almacenes de cadena por toda la costa.

Esquema Group Grand Limited

La vida en Barranquilla para Alex Saab muy pronto se trasladó a la ciudad de Miami, después de dejar sus estudios de administración y se dedicó de lleno a montar un negocio de venta de artículos e impulsar el proyecto de abrir mercado para las toallas que producía su padre y artículos de souvenirs como cachuchas y llaveros con los símbolos de la “Ciudad del Sol”.

No fue un buen comienzo en el mundo de los negocios internacionales y la vida de empresario se le complicó cuando le fue negada la visa de empresario y posteriormente su visado de turista le fue rechazado en la embajada de Estados Unidos en Colombia. En una investigación adelantada por la Unidad Investigativa de Univisión, se determinó que el cónsul en Colombia tenía información negativa sobre Saab y por esa razón le negaron su visado de ingreso a Estados Unidos.

En medio de las dificultares económicas y sin un rumbo definido en los negocios, Alex Saab conoció a la persona que lo pondría en la ruta del chavismo para dejar atrás los años de escasez y convertir su nueva vida en un entramado de negocios ilícitos, corrupción y lavado de activos. Esa persona ha sido Álvaro Pulido a quien conoció en el 2010. Las versiones sobre la forma como se conocieron coinciden tanto en las autoridades colombianas como estadounidenses y señalan que fue a través de la exsenadora Piedad Córdoba. Los documentos de la investigación que tienen las autoridades en Estados Unidos y que todavía no han sido abiertos a la espera de si Alex Saab es extraditado de Cabo Verde a la Florida, están repletos de detalles de la cercanía que había entre Saab, Pulido y Piedad Córdoba. La exsenadora ha negado esa relación, en sus pocas declaraciones sobre el tema ha dicho que Saab estaba tan bien posesionado en Venezuela, que no necesitaba de su ayuda porque hablaba con más facilidad con Maduro que cualquier otra persona. Alex Saab no lo sentía así, siempre afirmó que era amigo personal de Piedad Córdoba desde hacia muchos años atrás.

La investigación

Bajo el rótulo de ASAP hoy se acumulan ciento de carpetas del trabajo de campo realizado por los investigadores colombianos y estadounidenses. Se le llamó así al trabajo multinacional desarrollado por curtidos oficiales porque las cuatro letras resumen la vida de Alex Saab (AS) y Álvaro Pulido (AP). Una investigación que tuvo como objetivo ser eficiente, rápida y contundente. Donde las diferentes entidades que la integraron decidieron tener una cooperación integral que permitiera agilizar cada proceso y compartir la información que encontraba cada agencia especializada en diferentes áreas: DEA en narcotráfico; Aduanas en contrabando y lavado de activos y FBI en operaciones internacionales que atentaran contra la seguridad del país.

Muy pronto el equipo de trabajo pudo establecer que las operaciones de Saab y Pulido estaban centradas en tres objetivos: oro, petróleo y comida. Tres sectores de la economía en los que el chavismo gastaba a manos llenas. Para lograr apoderarse de millones de dólares con la anuencia del régimen chavista, era necesario crear un entramado de empresas de fachada que permitiera el manejo trasnacional de millones de dólares que pasan rápidamente de Venezuela a Suiza, a paraísos fiscales en el Caribe, al mercado asiático.

Para lograr el funcionamiento de todo este andamiaje, los investigadores realizaron una serie de perfilamientos sobre la estructura de Pulido y Saab. Muy pronto se dieron cuenta que el perfil de Pulido era el del hombre de los contactos con las principales figuras del chavismo, tanto en el gobierno de Chávez como en el de Maduro. Saab representaba el hombre de las relaciones públicas en los diferentes países donde comenzaron a operar para realizar exportaciones ficticias.

La pregunta que flotaba en el aire entre los investigadores era que había una tercera persona que maneja los hilos de la operación financiera. El que le daba vida jurídica a las empresas que creaban en tiempo récord. Lo que llamaron el “operador financiero”. Para poder establecer esa conexión, el equipo de investigadores contó con la colaboración de tres expertos colombianos: Andrés Jiménez, delegado de Finanzas Criminales de la Fiscalía General de la Nación; Luz Ángela Bahamón, jefe de la Unidad de Lavado de Activos de la Fiscalía y el general Juan Carlos Buitrago, director de la Policía Aduanera y uno de los hombres que más había seguido los pasos de Alex Saab y su entramado de empresas dedicadas al contrabando y lavado de activos que tenía en el país. Todo este equipo apoyado por los investigadores de DEA y el FBI.

Los resultados no se hicieron esperar. Pronto los investigadores identificaron al “operador financiero”. Se trataba del controvertido empresario Carlos Gutiérrez Robayo, concuñado de Gustavo Petro, que está en la mira de las autoridades estadounidenses. En la investigación multinacional, lograron establecer que Gutiérrez fue uno de los fundadores en el 2015 de la empresa Trenaco, establecida para la comercialización de combustible, con base en Suiza y que tenía como socios a Saab y a Pulido. Con tan solo unas semanas de creada, Trenaco fue seleccionada por el régimen chavista para que recibiera un contrato de PVDSA para la exploración petrolera por la cifra de cuatro mil millones de dólares. Era el primer objetivo cumplido por Saab y Pulido: el negocio del petróleo.

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De Hong Kong a Colombia

El siguiente sería la comida, y para ello tenían el camino abierto a través de los CLAP que fueron creados por el chavismo como comités de distribución de alimentos. La modalidad de la entrega de los productos era casa por casa. Para este proyecto el régimen venezolano invirtió miles de millones de dólares.

Pero las cosas no salieron como esperaban Pulido y Saab. La policía aduanera detectó en el puerto de Cartagena cerca de 400 toneladas de alimentos embalados en cajas CLAP. El Invima, por su parte, determinó que esos alimentos no eran aptos para el consumo humano. Los investigadores muy pronto establecieron que se habían creado diez empresas –en Panamá, México, Portugal y Colombia–, dedicadas a la comercialización y exportación de esos alimentos rumbo a Venezuela, productos de mala calidad y con grandes sobrecostos.

El intercambio de información entre las autoridades colombianas y estadounidenses permitió establecer que la corrupción a través de los CLAP estaba dividida en dos ejes: el primero, relacionado con el flujo financiero desde Venezuela a bancos de Suiza, Estados Unidos y México. El segundo, el envío de las cajas CLAP desde México y Colombia con enormes sobrecostos. También se logró establecer que la empresa utilizada para esta operación se llamaba Group Grand Limited, que había sido constituida en Hong Kong y tenía como director a Shadi Nain Saab Certain, hijo de Alex Saab.

Los investigadores también lograron establecer que en Colombia habían sido creadas seis empresas vinculadas a transacciones financieras sospechosas con Group Grand Limited que venían provenientes de Hong Kong y Estados Unidos.

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Ante los ojos de los investigadores quedó al descubierto una operación de lavado de activos que tenía como base Hong Kong y se ramificaba por Antigua y Bermuda, Barbados, Suiza, México, Panamá, Portugal, Estados Unidos y Colombia. Frente a esa compleja operación estaba Alex Saab, quien además había conformado otras 13 empresas, una de ellas conocida como Shatex SAS estaba dedicada a actividades irregulares de comercio exterior. Se utilizaban facturas falsas con el fin de justificar el reintegro de IVA.

Los investigadores lograron establecer que Alex Sadd y su socio Álvaro Pulido realizaron operaciones ficticias a través de Shatex SAS por 29 millones de dólares. La información recogida por los investigadores que permitió desenredar la madeja del entramado de empresas utilizadas para operaciones financieras ficticias, dio origen a la circular azul que Interpol distribuyó a nivel mundial con el fin de lograr la captura de Alex Saab y sus socios.

Otra pata que le nace a esta historia tiene que ver con el abogado Abelardo De la Espriella quien asumió la defensa de Alex Saab y que posteriormente renunció a la misma. Lo que quieren saber las autoridades estadounidenses es en qué fecha se produjo esa renuncia en cumplimiento de la Ley del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que requiere a los residentes como el abogado de la Espriella una licencia para representar a personas sancionadas.

Gerardo Reyes, director de la Unidad Investigativa de la cadena Univisión, señaló que en 2019 cuando el gobierno de los Estados Unidos sancionó y encausó al empresario Alex Saab por su presunta participación en operaciones de lavados de activos, su abogado colombiano publicó un comunicado de prensa en defensa de su cliente. La investigación de Univisión deja en claro que para ese entonces, de acuerdo con la ley de Estados Unidos, a esas alturas De la Espriella ya debía haber renunciado a la defensa de Saab. El abogado es residente de este país y por lo tanto está obligado a obtener una licencia de la Oficina de Control de Bienes en el Exterior del Departamento del Tesoro (OFAC) para representar a una persona sancionada.

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Fue así como el principal, contratista de Nicolás Maduro fue detenido el viernes 12 de junio en el aeropuerto internacional de Cabo Verde, un archipiélago ubicado en el Atlántico, a las puertas de la entrada de África.

El portal Armandoinfo, que ha seguido en detalle la historia de Alex Saab y Álvaro Pulido, señaló que este pudo ser el penúltimo viaje del “agente del gobierno de Venezuela”, antes que llegue extraditado a los Estados Unidos. Allí esperan las explicaciones sobre miles de millones de dólares que se movieron a través del entramado de empresas que manejó divisas preferenciales, obras públicas, el suministro de alimentos para los CLAP, los multimillonarios contratos con PVDSA y la comercialización de oro venezolano.

DESTACADOS

Los investigadores del FBI, DEA y Aduanas de Estados Unidos, tienen en sus manos una voluminosa información en la que se detalla la relación de Piedad Córdoba con Alex Saab.

Los investigadores también lograron establecer que en Colombia habían sido creada seis empresas vinculadas a transacciones financieras sospechosas con Group Grand Limited que venían provenientes de Hong Kong y Estados Unidos.

La policía aduanera detectó en el puerto de Cartagena cerca de 400 toneladas de alimentos embalados en cajas CLAP y el Invima, por su parte, determinó que esos alimentos no eran aptos para el consumo humano.

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