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Carlos Barros Ferreira Cine

El amor frío es más cálido que la muerte

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En la Berlinale de 2017, Aki Kaurismäki anunciaba su retirada del cine. La noticia no cayó nada bien. Un director que hasta ese momento llevaba más de tres décadas haciendo películas de altísimo nivel, declaraba que el motivo de su retiro era que necesitaba un merecido descanso.

No era la primera vez que sucedía. En 1994 también dijo lo mismo y no cumplió. El viejo Aki es famoso por sus ataques de rabia y por ser un mamador de gallo finísimo.

Cuando este año el festival de Cannes hizo pública su famosa Selección Oficial y salió su nombre entre los que aspiraban a la Palma de Oro, la expectativa se hizo más fuerte. El resultado: Gran Premio del Jurado de Cannes. El cual fue poco. Le robaron a Aki el premio mayor. Ganó en su lugar el rebuscado thriller Anatomía de una caída.

Tomado de https://www.imdb.com

Pero a este cometa del cine le vale tres si gana algo. Ni estuvo en la ceremonia de premiación. Lo de él es hacer cine. Cine de verdad. Ese que cada vez se ve menos en las salas. Llega con una historia de amor llamada 'Hojas de otoño'. Decir que es una lección de cine es quedarse corto. Lo que importa en esta película es la simplicidad de las pequeñas cosas de la vida. Esas que nos ayudan a seguir adelante en medio de la inclemencia de DataCrédito.

Tomado de imdb.com

El finlandés no necesita usar un lenguaje audaz, ni necesita ese recurso que hoy es una peste en cualquier audiovisual y dejó de ser llamado plano secuencia. Ese largo plano plagado de costuras digitales para dar la sensación de una sola imagen en continuo movimiento hecha por un acróbata camarógrafo. Kaurismäki usa su lenguaje: planos fijos, plano contraplano, paneos leves y montaje escueto. Y una banda sonora repleta de tangos y rockabilly.

Todo esto para tratar un tema tan manido como el amor entre dos perdedores. Dos almas perdidas en Helsinki. Desempleados que deben sobrellevar la desesperanza de sus vidas. Hollapa, interpretado por Jussi Vatanen, un alcohólico al que todo le importa un carajo. Porque lo único que quiere es que lo dejen tomar en paz. Imposible juzgarlo. Es lo que deseamos muchos borrachos. Por otro lado, Ansa, soltera de rostro impenetrable (gran actuación de Alma Pöysti), quien trabaja en un supermercado y va por el mismo derrotero del me importa un culismo de Hollapa. Estas dos bellezas se encuentran y la comedia no se hace esperar. Porque a pesar de dar una apariencia de depresión absoluta, Hojas de otoño es una comedia romántica. Tal vez la más fina e inteligente de las comedias románticas que se han hecho desde Luces de la ciudad de Charles Chaplin. A la cual le hace un extraordinario guiño.

En medio de este amor frío no puede faltar el comentario social. Siempre estamos escuchando noticias de esa estúpida guerra entre Rusia y Ucrania. Kaurismäki nos dice, como el viejo zorro que es, esa verdad que bien plasmaron Lennon y McCartney. Lo que uno necesita es amor.

No importa si estás en la inmunda, si eres un pobre diablo, si el mundo está al borde del colapso nuclear, si el capitalismo seguirá dictando las reglas, si crees que ver a un equipo como Millonarios es el mejor plan del mundo.Lo mejor que puedes hacer es tratar de enamorarte. También lo mejor que puedes hacer es ir al teatro más cercano y ver esta maravillosa película. Solo le bastan ochenta minutos para encandilar a la audiencia. Aki Kaurismäki entrega la mejor película del año. No hace falta que veas otra.