Si algo le ha faltado a la ciudadanía, al sector productivo, a los gremios, a los generadores de empleo, a los empleados que luchan todos los días por llevar el sustento a su hogar, y en general a todas aquellas personas que rechazan un gobierno autoritario es coordinación.
@Everstrongever
Cada día quedan más arrinconados. Defender ciertas posturas se convirtió en asuntos en los que es mejor no inmiscuirse para evitar problemas y no ganarse enemigos. No es posible opinar sobre la religión, la educación de los niños, género y la jerarquía como pilar fundamental en el desarrollo de una sociedad; por citar algunos ejemplos.
La anulación ha servido como arma de batalla por parte de ciertos grupos de interés y ha menoscabado la libertad. Ya lo estamos viviendo en Colombia.
Si hay algo que se debe resaltar de los mencionados grupos de interés es que saben trabajar en comunidad. Son organizados, coordinados, pero además no le tienen miedo a defender públicamente a aquellos miembros de su comunidad que defiendan con vehemencia su “ideario”. De hecho, no le temen ni siquiera a contratarlos.
Por su parte, “los arrinconados” han llegado al punto de considerar que el respeto por el pensamiento ajeno implica no poder expresar y defender lo que ellos piensan; y mucho menos resaltar públicamente cuando alguno de su grupo lo hace. En privado aplauden, pero en público es mejor quedarse callado y “pasar de agache”.
A “los arrinconados”, pese a que coinciden y comparten pensamientos e ideas, los vemos haciendo llamado a la no polarización.
No. Defender la libertad ante la inminente imposición no es coadyuvar en la polarización. ¿O piensan que aquellos que viven las constantes violaciones del gobierno de Maduro cuando las ponen en evidencia están contribuyendo a la polarización?
La unidad es el deber ser y todos tenemos la obligación de contribuir a construirla. No sólo lo impone la Constitución sino también la moral y la ética. Sin embargo, de ninguna manera esa tarea conlleva a guardar silencio cuando se vislumbra la adopción de medidas autoritarias. Una cosa es ser constructor de unidad y otra bien distinta es ser cómplice de ignominias.
Los que tienen el valor de levantar su voz ante la arbitrariedad no están polarizando. Los que no lo hacen, pero comparten la de aquellos deberían tener al menos la gallardía de estar coordinados y salir en su defensa cuando haga falta. Tengan presente que de la tiranía es difícil ser rescatado -al menos en el mediano plazo-.