Por Fanny Kertzman
Los dos mayores fabricantes de vacunas para el Covid-19 son Pfizer/BioNTech y Moderna. Ambos desarrollaron vacunas tipo mRNA. Estas vacunas entran al sistema inmunológico para que reconozca la parte del virus que causa la enfermedad. Las vacunas tradicionales contienen el virus debilitado o proteínas características purificadas del mismo. La vacuna mRNA es diferente porque más allá de contener la proteína viral, el paciente recibe material genético que codifica esa proteína. Cuando a una persona se le inyecta ese mRNA en el brazo, las células que conforman el músculo las traduce para que produzcan la proteína viral directamente en el cuerpo.
Una de las características de estas nuevas vacunas es que requieren ser almacenadas a temperaturas muy bajas. La vacuna de Pfizer requiere ser almacenada a -80 o -70 grados centígrados y la de Moderna necesita temperaturas de -20 grados centígrados, que es cerca de la temperatura de congeladores comerciales. Un tercer laboratorio, AstraZeneca, está desarrollando una vacuna que requiere una refrigeración similar a la de las neveras caseras, de 2 a 8 grados centígrados. La vacuna de Moderna puede almacenarse a -20 grados centígrados por hasta seis meses y luego en la nevera por un mes más. La de Pfizer dura menos, solo cinco días en la nevera después de salir del ultracongelamiento.
¿Cómo se van a transportar y almacenar estas vacunas? Moderna planea utilizar un método similar al usado en previas pandemias como la H1N1 en 2009. Las vacunas se transportarán de sus lugares de producción en Europa y el noreste de Estados Unidos a un centro de distribución en Irving, Texas, que está equipado con ultracongeladores. De allí será distribuida a hospitales, farmacias y centros de salud que serán los encargados de llevar a cabo la aplicación.
Pfizer está manufacturando en Kalamazoo, Michigan y va a manejar el transporte a los sitios donde se efectuará la vacunación con aliados estratégicos. Como el almacenamiento ultracongelado solo está disponible en grandes bodegas, allí se guardarán las vacunas hasta el momento de ser administradas.
¿Cómo se mantendrá la temperatura requerida? Las farmacias y hospitales en Estados Unidos están tratando de adquirir ultra congeladores, pero a un costo significativo. Hay una demanda enorme, así como para hielo seco que se utiliza en el transporte y ya se prevé escasez. Pfizer está desarrollando unos contenedores termales que necesitan 25 kilos de hielo seco cada cinco días.
El personal en los sitios de administración está siendo entrenado para chequear la temperatura y asegurarse que las cajas termales de Pfizer no se abran más de unas pocas veces al día, por pocos minutos cada vez y echarles hielo seco cada vez que se requiera.
El desafío más importante para el desarrollo de las vacunas mRNA es la temperatura. Son inestables por naturaleza y si no se someten a la temperatura adecuada se degradan. ¿Cómo se asumirá este desafío en Colombia? ¿se lo habrán planteado nuestras autoridades? Son muy pocas las industrias que tienen facilidades para la ultracongelación en nuestro país. Ya inventada la vacuna se abre un océano de interrogantes sobre el reto de transporte y distribución.
“El desafío más importante para el desarrollo de las vacunas mRNA es la temperatura. Son inestables por naturaleza y si no se someten a la temperatura adecuada se degradan”.