El reciente desastre con los Juegos Panamericanos exacerbó los ánimos entre los diferentes representantes del Pacto Histórico. En cuanto Panam Sports retiró la ciudad de Barranquilla como sede del evento deportivo más importante de América, Agmeth Escaf salió al ruedo, criticando la pésima gestión del gobierno Petro.
A su vez, la exministra de Deportes, María Isabel Urrutia, le lanzó agua sucia a Gustavo Petro, revelando que el presidente manifestó que “eso era mucha plata”, en una confesión que tiene más de lavado de manos que explicaciones de fondo.
El fuego cruzado ha sido repetitivo entre los “mandamases” del petrismo. Con seguridad, los colombianos se acostumbraron a ver pugnas entre Agmeth Escaf y Gustavo Bolívar; encontronazos entre Gustavo Bolívar y Roy Barreras; las arremetidas de antiguos ministros entre sí (Carolina Corcho en contra de José Antonio Ocampo, Alejandro Gaviria, y Cecilia López, por la reforma a la salud); la violencia digital de una sección de bodegueros en contra de la otra y más, en unos episodios que aportan sabor dulce a la agria decepción reinante de saberse gobernado por quienes parecieran no tener el interés público como norte verdadero.
Desde entonces, los días se han bañado con unas gotas de humor, ya que resulta divertido observar el odio que se profesan en todos los niveles los abanderados de las causas petristas. De hecho, es tan cómico que recuerda una escena icónica de Los Simpson (cuando eran buenos, antes del cambio de las voces de doblaje en español-Latam), en la que el jardinero Willy le dice al director Skinner lo siguiente en referencia a la aparente renovada amistad de los hermanos Bart y Lisa: “No durará. Los hermanos y hermanas son enemigos naturales, como ingleses y escoceses, o galeses y escoceses, o japoneses y escoceses, o escoceses y otros escoceses. M@&$#/0s escoceses, arruinaron a Escocia”. Skinner toma nota de que “los escoceses son muy conflictivos”, a lo que Willy, simbolizando esa figura cliché que estaba reprochando, remata diciéndole que “se ganó un enemigo para siempre”.
La realidad nunca está muy lejos de la ficción. El comportamiento del Pacto Histórico bien podría ser un meme o un chiste, si no fuera porque lo que hacen resuena en la vida de la ciudadanía, cuya única pretensión es sobrevivir los años restantes de la administración actual. Y, dado que a veces la mejor medicina es la risa, no está de más adaptar la escena de Los Simpson en una versión colombianizada, que resuma los lazos de compasión y fraternidad inquebrantable desplegados por quienes hoy dirigen el país.
En esta recreación, se encuentran Alex Flórez y Laura Sarabia, divirtiéndose en unos columpios. En la distancia, los observan la vicepresidenta Francia Márquez, quien reemplaza a la señorita Edna Clavados (corrección, Krabappel), el presidente Gustavo Petro (interpretando al director Skinner) y Gustavo Bolívar o Daniel Quintero o cualquier persona que al lector le parezca adecuada en el papel del enfurruñado jardinero Willy.
Francia Márquez diría: “¡JA! Tal vez ella influya en él”, a lo que Gustavo Petro contestaría: “o tal vez él la corrompa”. Quien interprete al jardinero Willy intervendría con: “No durará. Los comunistos (usando el lenguaje inclusivo que tanto les fascina) y comunistas son enemigos naturales; como conservadores y petristas, o liberales y petristas, o los del partido de la U y petristas, o petristas y otros petristas. M@&$#/0s petristas, arruinaron al petrismo”. A continuación, Petro anotaría en su agenda: “Los petristas son muy conflictivos”, y Roy/Bolívar/Boreal/Corcho, etc., respondería: “Se ganó un enemigo para siempre”, dotando de una gracia superior a la política nacional.
Sin duda, uno de los mayores talentos de los colombianos gira en torno a la manera en que se burlan de sí mismos. Esa capacidad de aguantar las vicisitudes debido a las bufonadas que realizan es tan propia como el café y la cumbia. De modo que, hasta no ver a los petristas con las maletas preparadas y saliendo del Palacio de Nariño, la alternativa es seguir gozando con los chistes que ofrecen a Colombia entera cada cierto número de horas.