“La encuesta muestra una fe amplia y durable en los principios democráticos, la democracia se percibe como con más capacidad de generar soluciones a los principales problemas. Tan sólo el 20 % le asigna esas posibilidades al autoritarismo”.
Fernando Cepeda Ulloa
Desde finales del siglo XX se divulgan estudios que muestran que la democracia liberal está en crisis. Los diagnósticos difieren. Y no es mucho lo que desde entonces se ha podido hacer para enderezar las cosas.
Ahora, la bien conocida Open Society Foundation ha divulgado una encuesta que no tiene antecedentes en cuanto a su cubrimiento y con un cuestionario original. Imposible en el espacio de esta columna recoger todos los datos y su interpretación. Me limito a seleccionar los temas que me parecen más relevantes. Y, claro está, a copiar un análisis que está bien logrado.
Tiene un carácter global, cubre 30 países, Colombia está incluida y se autodefinió como “uno de los estudios más amplios de opinión pública sobre derechos humanos y democracia jamás realizados”. En una síntesis afortunada concluyen que la gente apoya la democracia y los derechos humanos y quiere acción con respecto a la deuda, la pobreza y el cambio climático. Y la gran pregunta es si la democracia puede satisfacer estas expectativas. Entre todas las edades, la juventud representa el que tiene menos fe en la democracia.
El 86 % de los encuestados dicen que quieren vivir en una democracia. Sólo el 20 % cree que un régimen autoritario puede satisfacer lo que los ciudadanos anhelan. El 72 % cree que los derechos humanos son una fuerza para el bien. Y mientras los encuestados más viejos, 71 % entre ellos consideran que la democracia es preferible a los demás regímenes tan sólo 57 % de quienes están entre los 18-35 años consideran lo mismo. 88 % de los colombianos piensan que es importante vivir en una democracia.
Como dice el prefacio del estudio, las conclusiones que se han venido publicando sobre la democracia han sido algo exageradas.
La encuesta muestra una fe amplia y durable en los principios democráticos, la democracia se percibe como con más capacidad de generar soluciones a los principales problemas.
Tan sólo el 20 % le asigna esas posibilidades al autoritarismo. Con todo, hay dudas con respecto a la eficacia de la democracia.
La confianza en los dirigentes políticos es baja en países como Colombia, Japón, Senegal, Argentina. 61 % estiman que los países en desarrollo deben tener una voz más influyente en los foros internacionales.
El tema de los Derechos Humanos es bien apreciado por los encuestados, 72 % cree que constituyen una “fuerza para el bien del mundo”. El mayor apoyo se encuentra en Nigeria (86 %), Kenia (85 %), Bangladesh, Colombia y Etiopía (cada uno 82 %).
Con respecto a la deuda y al cambio climático, 84 % piensan que los países prestamistas deben ayudar a los países que están lidiando con la deuda, cancelándola o reduciendo o renegociando las condiciones de pago. Y quieren que los países con altos ingresos (75 %) aumenten la ayuda y 71 % esperan que ayuden a compensar los daños resultantes del cambio climático. Es que el cambio climático es el tema más importante hoy al lado de la pobreza y la desigualdad, así lo percibe el 70 %. En todos los países la corrupción aparece como el principal problema y la confianza en los políticos nacionales y locales fue baja en la mayoría de los países. Y, sorprendente, tan sólo el 7 % dijeron que la migración era el tema de mayor preocupación, pero dos tercios quieren ver rutas más seguras y legales para los migrantes.
