El 22 de noviembre de 2021 el socialité colombiano se conmovió, cuando su estilista de cabecera, Mauricio Leal fue encontrado sin vida en su casa junto con su mamá. Lo habrían matado la noche anterior; Leal tenía heridas de cuchillo en el abdomen, pero su mamá no. Había la típica nota suplicante: que no aguantaba más, que la mamá lo perdonara; en la escena encontraron un cuchillo y el mango de otro.
El coronel Simón Cornejo dijo con lógica que no descartaba ninguna hipótesis, podía ser asesinato o suicidio, o ambas, pues sin duda la mamá había sido asesinada ya fuera por el mismo Mauricio Leal para después suicidarse, o un tercero que los mató a ambos. Había algunas circunstancias extrañas, como que la suicida incluyera órdenes de cómo distribuir su herencia, o que Leal usará dos armas para suicidarse y que no apareciera la hoja del otro cuchillo, como si además hubiera alcanzado a arreglar la escena.
Nos dijeron que el caso quedó “esclarecido” gracias a la dirección que le dio el flamante fiscal Mario Burgos, conocido por su histrionismo. La culpa terminó en Jhonier, hermano e hijo de las víctimas, movido por la codicia. Supuestamente mató primero a su mamá, luego drogó a su hermano, lo obligó a escribir la nota mientras simultáneamente lo hería y finalmente lo apuñaló hasta matarlo. Bastante enredado todo, pero posible.
Esa fue la primera muerte de Mauricio Leal.
Hace poco se conocieron dos videos tomados en el celular de Mauricio Leal que causaron otra conmoción, porque narra una historia distinta, en la que él se está causando las heridas mientras pregunta a quien lo graba qué más hace. No se sabe quién graba, ni si es un espectador o está determinando al estilista a matarse, ni si es Jhonier Leal. Pero es claramente una muerte distinta, la segunda muerte de Mauricio Leal.
“En la primera muerte, a Mauricio Leal lo matan. En la segunda se mata. Siendo posible que ambos sean homicidios, no son los mismos homicidios”
La gravedad de lo sucedido es tan grande que la fiscalía se ha visto a gatas para explicar por qué ese video no se conoció antes. Es extraño que el investigador que revisó el celular no haya individualizado su contenido específico y que el fiscal aceptara un acta escueta que dice que todo está en un archivo con un millón de folios. La Fiscalía dice que la defensa “conoció” el material, pero realmente parece más bien lo que Jorge Arenas Salazar llamaba un “encubrimiento probatorio”, botarle un alud de archivos a la defensa para incapacitarla y no sepa cómo navegar ni qué buscar para controvertir la hipótesis de la acusación. La lectura del millón de folios hubiera tomado 342 días si solo se dedicara a eso por ocho horas diarias. Y no hay juez tan clemente con un defensor.
En el sistema acusatorio la fiscalía no está obligada a investigar lo que le favorece al acusado, pero sí a revelarle lo que descubra y le sea favorable y a “establecer con objetividad la verdad y la justicia” como dice la ley.
La segunda muerte de Mauricio Leal es totalmente diferente a la primera y debió ser investigada para acusar con precisión sobre lo que la evidencia indicaba. Así el que graba sea también Jhonier, en un sistema objetivo que lo acusen de apuñalar en vez de obligar a que la víctima se apuñale, llevaría a la absolución porque la Fiscalía no probó su hipótesis.
En la primera muerte, a Mauricio Leal lo matan. En la segunda se mata. Siendo posible que ambos sean homicidios, no son los mismos homicidios.
Burgos es uno de esos fiscales amigos del proscenio, las luces, el maquillaje y la tramoya que valoran más sus instantes de fama que la solidez de los casos.