“Todos los laureles de nuestro país están marchitos y los meteoros asustan a las estrellas fijas del cielo; la luna de rostro pálido parece sangriento en la tierra y los profetas de aspecto enjuto susurran cambios temibles; los ricos parecen tristes y los rufianes bailan y saltan, unos con miedo de perder lo que disfrutan, los otros de disfrutarlo por la rabia y la guerra.” William Shakespeare. Ricardo III.
En el marco de una conflicto armado las operaciones militares de evacuación se llevan a cabo por dos razones: para proteger la población civil cuando se planea una ofensiva en un escenario poblado y las personas pueden ser tomadas como escudos humanos o convertirse en daños colaterales, este tipo de evacuación fue la que realizaron los Marines en la segunda batalla de Faluya, o las FDI durante sus operaciones ofensivas en Gaza. La otra evacuación es cuando una fuerza armada no puede defender a la población, ni sostener el territorio frente a un atacante y abandona el territorio llevando consigo civiles escogidos y protegiendo caravanas de refugiados, es decir cuando ha sido derrotada. Esto ultimo es lo que está sucediendo en el Catatumbo. Si el ejército tiene que utilizar recursos helicoportados para extraer de la zona a civiles, lideres sociales, firmantes de paz, o autoridades locales, acepta de facto que es porque no puede protegerlos en el territorio, es decir, que fracasó en cumplir con su misión fundamental.
El ELN es un ejército proxy del gobierno de Venezuela. Pero ¿qué es un ejército proxy? Es una fuerza armada no estatal, o paraestatal, que se usa para para llevar a cabo intimidación militarizada o controlar territorio con el fin de ejercer influencia o lograr resultados políticos o de seguridad específicos. El ELN es una parte integral del llamado sistema de defensa de la revolución bolivariana y como tal una fuerza de proyección de poder del régimen venezolano. Para operaciones ofensivas transfronterizas los elenos operan en coordinación con el mando de la FANB y dentro del marco estratégico establecido desde Caracas. La operación de ocupación del Catatumbo es parte de esa estrategia integral. Para cualquier efecto práctico se trata de una acción ofensiva en territorio colombiano, ordenada por el régimen de Venezuela. El ELN es este caso un ejército de ocupación, en una posición similar a la de Hezbolá en el Líbano, o Hamas en Gaza, que no representan intereses libaneses ni palestinos, sino iranies. El ELN representa intereses venezolanos.
La operación de las FANB/ELN en el Catatumbo tiene como objetivo vaciar el territorio y producir un reemplazo poblacional, físico, y de adhesión, en el sentido de que no podrán vivir en la región quiénes no sean civiles orgánicos de la organización. Pasarán meses antes de que algunos de los de cuarenta mil desplazados retornen a sus hogares, la mayoría no lo hará, igual todos los civiles relacionados con el cultivo de coca, procesamiento y logística serán reemplazados por activos dependientes del ELN y por grupos enviados desde el Catatumbo venezolano afectos al chavismo.
Esta ocupación no se trata tan solo de un conflicto por el control de las economías ilegales, es una acción político-militar estratégica de expansión territorial del régimen venezolano, en el marco de un plan más amplio de proyección de poder resultado de la inestabilidad producida por la derrota electoral del PSUV y la llegada de Trump a la presidencia en Estados Unidos.
La alianza Petro/Maduro piensa que el Catatumbo les servirá como plataforma militar de vanguardia para sostener al gobierno Bolivariano en el caso de que este se encuentre frente a una situación de fuerza, o para contener acciones de recuperación territorial provenientes de un eventual nuevo gobierno colombiano que reemplace al Pacto Histórico en el 2026. Es una guerra hibrida preventiva, la descripción de un enfrentamiento entre el estado colombiano y el ELN es una cobertura narrativa para permitir una negación plausible de la ocupación y ocultar el objetivo estratégico mientras las fuerzas del ELN y la FANB se consolidan en el territorio.
Los venezolanos y los Elenos tardaron por los menos tres meses en desarrollar esta operación, que debió estar planificada hace años, y tardarán por lo menos otros tres en ejecutarla completamente. Es muy probable que los desplazamientos se dupliquen y los asesinatos disminuyan paulatinamente, aunque no sabemos realmente la cantidad de muertos que se han producido, pero debe ser sustancialmente mayor a los reportados.
Esta reacción emocional de miedo por parte del régimen madurista y de continuidad de la rabia que guía la visión petrista, va a tener consecuencias imprevisibles para los dos. Permitir la ocupación de territorio colombiano, buscando un supuesto colchón de amortiguación desde Arauca hasta Cúcuta es una charada que va a producir una grave crisis humanitaria en el nororiente del país, que servirá de excusa para aumentar la presencia venezolana en nuestro territorio y por lo tanto el compromiso del gobierno con la revolución bolivariana para sostenerla en el poder y el de esta para sostener a Petro más allá del 2026. Eso creen que van a lograr. No lo sabemos. No podemos permitirlo. Se creen maestros de la guerra hibrida, cuando en realidad son solo un grupo de narcos disfrutando lo que tienen “por la rabia y la guerra”.