Cualquier idea, conjunto de metáforas, creencias, exposiciones religiosas, filosofía, o pensamiento político, pueden y deben ser refutadas, cuestionadas, puestas a prueba, discutidas, negadas, e incluso ridiculizadas.
A diferencia de las personas, las ideas no tienen derechos. Por eso no existen cosas como la cristianofobia, o la islamofobia, o cualquier otra supuesta fobia respecto de abstracciones, estas patologías fantásticas fueron inventadas para desprestigiar, ad hominem, a quienes cuestionan esas creencias, para cancelar cualquier crítica, cuestionamiento, o la simple negación. Es uno de los tantos recursos de las nuevas formas de censura que amenazan la libertad de expresión de manera creciente y alarmante.
La ventaja material de occidente es el resultado de su superioridad moral basada en la libertad, pero de nada sirve la libertad de pensamiento sin la libertad de expresión y esto último implica expresar cualquier cosa. Conceptos como “fake news”, o “discurso de odio”son el resultado de la conjugación de perdedores en el negocio de la información con el surgimiento de nuevas fuerzas religiosas y el auge del pensamiento mágico.
Frente a este fenómeno, Elon Musk plantea que: “No prohíben el discurso de odio, prohíben el discurso que odian”. Estamos frente a una reacción religiosa que proscribe las palabras que no encajan en su fe. Las grandes narraciones se han venido abajo reemplazadas por microrrelatos fanáticos, visiones apocalípticas y sectas mágicas que traen el entorno informativo antiguas supercherías y las presentan como verdades incontestables.
El subjetivismo ha tomado el control del relato y ha expulsado la verdad de la vida pública. ¿Qué es un “discurso de odio”? Y suponiendo que tal cosa se pueda definir, ¿Por qué habría que censurarlo? La historia de las persecuciones y los libelos de sangre es información fundamental para comprender la realidad, la violencia, las guerras. Toda información es importante.
La pretensión de que tan solo los grandes medios tradicionales, o los intelectuales, producen información verás y de calidad es una forma de elitismo que asigna la “verdad” a una suerte de casta sacerdotal en detrimento de los contenidos populares en redes sociales, que se consideran basura, lo cual es falso. Las teorías de la conspiración, los memes grotescos, los rumores infundados, la propaganda política de las bodegas, los chismes, el insulto directo, son información de calidad, constituyen un mosaico sin precedentes para la compresión de las dinámicas humanas y de las sociedades.
¿Por qué es mejor la BBC, que News of the World? Es información diferente y ya. Y como conjunto de medios son parte del entorno informativo. Personalmente aprecio más la prensa sensacionalista que el llamado periodismo serio, que no es otra cosa que sensacionalismo pretencioso y moralina intelectual, el viejo monopolio de la mentira que les arrebataron las redes sociales, que en su inicio fueron muy bien ponderadas por los magnates de la prensa y los políticos progresistas, hasta que gracias a esas redes ganó las elecciones Donald Trump, entonces pasaron a ser un lugar oscuro que era necesario cancelar.
La presión funcionó, los dueños de las redes se alinearon con los nuevos hombres despiertos y censuraron todo lo demás, hasta que Musk compró X y la puso en el camino correcto, libertad de información, free speech, una conversación abierta en tiempo real. El mejor periodismo del mundo, el que hace la gente.