Para Petro una Asamblea Constituyente no tiene nada que ver con la convocatoria de una asamblea nacional, ni con ningún modelo formal contemplado en el procedimiento del estado de derecho, es una falta de comprensión estratégica abordar el tema desde ese punto de vista. Petro es un discípulo de la teoría del neo marxista y miembro de las Brigadas Rojas, Toni Negri (1), del “Poder Constituyente”.
Para Negri y Para Petro, “el poder constituyente se presenta como una figura catastrófica". Por eso la representatividad es un proceso que ya no se sostiene. No se sostiene porque nuevas formas sociales, nuevas identidades, nuevas realidades en movimiento continuo, no aceptan abstracciones de su voluntad popular”.
Es decir, el poder constituyente es directo, fundante, único, Negri incluso, en el extremo de la extravagancia teológica, lo denomina “preexistente”, algo que está antes de cualquier ordenamiento jurídico y que no admite “representación”. Esto último es lo más importante de comprender para quienes imaginan que Petro está promoviendo algún tipo de asamblea representativa al estilo de 1991.
Para Petro en Colombia lo que existe, siguiendo a Negri, es “una Constitución sin Estado” y por lo tanto es imprescindible que el poder constituyente cree un estado, ya que estamos simplemente ante formas difusas de control político derivadas del capitalismo global, frente a esto “el poder constituyente se pone como algo que hace nacer, es una forma externa al sistema jurídico, es una suerte de catástrofe que interviene abriendo y marcando posibilidades de una nueva Constitución, es decir, a un nuevo poder constituido” que da forma a un estado real.
Como este poder es preexistente, catastrófico y externo al sistema jurídico, no requiere ser convocado para que tenga existencia política, por eso Petro dice que la Constituyente ya está sucediendo, porque “el poder constituyente configurado de manera física es el partido insurreccional” y él, como jefe de ese partido, interpreta el proceso. De ahora en adelante cualquier reunión pública, cualquier asamblea, minga, marcha, o manifestación, es poder constituyente y creadora de orden jurídico. Sin embargo, Petro quiere hacer recaer la formalidad vinculante de este nuevo orden en la figura del Cabildo Abierto.
Recordemos que solo es poder constituyente “el partido insurreccional”, por lo tanto, estos Cabildos serán orgánicos de ese partido, que como tal no existe, es más bien un movimiento difuso conformado por las Primeras Líneas, Mingas, Sindicatos, y las organizaciones que se definan como parte de él. No se trata de ni del pueblo, ni de mayorías electorales, sino de un grupo. “El poder constituyente es, entonces, la posibilidad de existir para una clase o para un grupo de fuerzas sociales definidas desde el punto de vista de clase de manera coherente dentro de una sociedad, y de poner la base de un nuevo pacto social, esencialmente como afirmación de hegemonía, es decir, en todas las formas que van desde la hegemonía democrática y pacífica hasta la dictadura del proletariado.”
Cuando Petro dice que “el proceso constituyente convocado no es para cambiar la constitución del 91, ni para perpetuarme en el poder”, significa que ese proceso tiene como objetivo constituir un nuevo poder de facto, no un nuevo texto constitucional, porque en si lógica no se trata de un asunto jurídico, sino de poder real. En términos simples, el poder constituyente es para constituir el poder, un orden de hecho, no representativo, no deliberativo, que no tiene vínculo alguno con la constitución vigente, ni le incumbe. De eso trata el proyecto constituyente de Petro. ¿Cómo puede lograrlo? Eso merece una revisión estratégica específica.
(1). Todas las citas de Toni Negri en esta nota corresponden a su conferencia en Bolivia en el año 2008. "Imperio, multitud y sociedad abigarrada".
