Ayer sábado el Gobierno Nacional tras el anuncio del Ministerio de Hacienda incrementó el precio del galón de gasolina y también aumentó el del ACPM. Según la circular emitida por la Creg, el promedio del valor de la gasolina es actualmente de $15.446 por galón desde ayer, es decir, un ajuste de $31 frente al valor vigente desde febrero pasado de $15.415 por galón.
La explicación que ofreció el titular de la cartera Ricardo Bonilla es que la subida se presenta por razones puramente técnicas. En esencia la brecha, o diferencial del combustible ya está totalmente cerrada. Se sabía desde el año pasado que los precios iban a moverse para arriba o para abajo de acuerdo a las condiciones de precio del crudo a nivel internacional, variable que no controlan desde el gobierno.
Entrando al detalle del análisis del precio del ACPM, hay que decir que tienen un componente significativo de biodiesel, combustible que subió en $969por galón. El valor del nuevo ACPM en promedio nacional quedó en $9.315 por galón. Este ajuste representa un incremento de $97 frente al valor anterior vigente de $9.218. Las ciudades con ACPM más costoso del país son Cali y Villavicencio con $9.729 y $9.714 respectivamente.
Para el gobierno el aumento llega en un momento peligroso para sus intereses. Desde 2023 cuando se desmontó gradualmente el subsidio a los precios de la gasolina, los transportadores vienen amenazando que no es viable en el país un aumento de combustibles para carga pesada como Diésel o ACPM. Para mitigar el efecto de las molestias y sobrecostos derivadas en el sector del transporte pesado, el ministro Bonilla, explicó que preliminarmente se está estudiando una posibilidad para que los sectores de transporte de alimentos reciban eventualmente un apoyo frente al impacto que se generará con este incremento de precios actual. Sugirió que se usaría una tecnología especial para que los apoyos puedan verificarse “instalando un chip que permita fácil identificación cuando se trate de camiones que transportan alimentos”.
Uno de los detalles curiosos del episodio del ACPM es que el viceministerio de Transporte había anunciado el viernes pasado en horas de la tarde la noticia los aumentos, pero inmediatamente Bonilla los desautorizó, explicando que los únicos que emiten ese tipo de noticias son la CREG y el propio Ministerio a su cargo. Al día siguiente, Bonilla se rectifica a sí mismo anunciando los aumentos de desautorizó el día anterior. Este resulta ser, un ejemplo más, de las garrafales fallas en comunicación que tiene el gobierno nacional, prácticamente todos los días por falta de coordinación entre entidades. Ya es más que evidente que no hay un plan de comunicaciones, y que los profesionales contratados para esas tareas lo único que hacen es producir centenares de fotos y videos para las redes sociales de sus entidades y jefes. Se preocupan más por un numeral, una tendencia que por la noticia en sí misma, y el contenido que necesita la ciudadanía.
Es bien posible que este aumento de ACPM desencadene una movilización del sector de transportadores, camioneros, taxistas y otros integrantes del ecosistema afectado. De hecho, en 2023 el proceso de estabilización del Fondo que vivimos nunca supuso alteraciones al precio de ACPM ya que el gobierno sabe que tocarle el bolsillo a los transportistas es toda una bomba de tiempo que ahora les puede estallar en la cara. Los representantes de los gremios afectados habían anunciado paros, marchas y otro tipo de movilizaciones si el gobierno decidía afectar los precios de los combustibles de carga pesada. Llegó el inevitable momento que tanto temía el gobierno.