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JORGE HERNAN PELAEZ Jorge Hernán Peláez Diésel

Diesel por las nubes

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Desde ayer el gobierno nacional, por intermedio del Ministerio de Hacienda, informó al país del incremento en el precio del galón de diésel en $1.904 pesos. La medida entró a regir desde el momento de su promulgación haciéndose efectiva en las 13 principales ciudades del país. Según los cálculos de los expertos del Ministerio de Hacienda, no incrementar el precio hubiera generado un déficit del Fondo de Estabilización de los Precios de Combustibles FEPC que hubiera podido ascender a $11,3 billones aproximadamente en lo que resta del año 2024. Según declaraciones del ministro Ricardo Bonilla, el subsidio al Acpm, aunque ha sido una fórmula temporal de alivio para muchos sectores, termina generando un costo que para nada es sostenible en el tiempo. En cifras concretas el precio del ACPM viene congelado hace ya 56 meses, es decir más de 4 años, acumulando un déficit promedio de $1 billón al mes al FEPC. Bonilla explicó que con los $56 billones destinados al subsidio se podría haber invertido en vías, apoyo a la población más vulnerable o en la renovación del parque automotor de carga de toda Colombia. El año pasado el déficit del fondo correspondía en más del 70% a los efectos que genera este subsidio. Si no se hubiera realizado el ajuste al precio, el déficit podría lesionar seriamente el Presupuesto General de la Nación. Mucho más de lo que ya está descuadrado.

Los precios son diferentes desde ayer en cada ciudad. Cali presenta el valor más alto de todas las capitales con un precio de $11.795 por galón. Le siguen Villavicencio con $11.760 y Pereira con $11.739 . En la capital del país el valor quedó establecido en $11.660, Medellín $11.680 y Barranquilla $11.354. La ciudad en donde es más barato es Cúcuta con menos de 10 mil pesos por galón, más exactamente $9.345 por galón. Indudablemente el impacto va a generar un golpe inmediato a la inflación. Los alimentos y algunos suministros de la industria van a subir. Mientras el Banco de La República viene controlando el fenómeno de inflación por varios meses reduciendo gradualmente las tasas, con este efecto muy probablemente se deba reevaluar la política monetaria nuevamente. Lo más delicado de las movilizaciones anunciadas por transportadores, es que eventualmente se puede ver afectada la logística de transporte de gasolina de avión que se tuvo que importar por el impasse de la refinería de Cartagena. Es mejor no tener que imaginar que nuevamente se vaya a ver afectada la operación aérea en algunas jornadas por esta incómoda coyuntura.

La medida viene generando rechazo desde varios sectores del país, inclusive desde antes del aumento. El viernes pasado se desarrolló la primera de varias jornadas programadas de movilización del sector camionero en diferentes puntos del territorio. Con las cifras oficiales de Fedetranscarga, se puede estimar que por cada 2.000 pesos de aumento en el precio del diésel, la tarifa en fletes subirá aproximadamente 8%. Uno de los gremios más golpeados fue Fenaco, quien por intermedio de su representante Jaime Cabal expresó: “Esta decisión unilateral que no permite discusión, muestra la poca voluntad de diálogo del Gobierno en temas que afectan a todos los colombianos y que será otro golpe para el bolsillo”.

Los costos incrementales en los que incurran los transportadores inevitablemente se trasladan a los precios de los alimentos, así como al transporte de bienes y servicios. En anteriores ocasiones los integrantes de este gremio han logrado frenar en seco la productividad del país por algunas jornadas, lo que termina disparando muchísimo la inflación, cruelmente afectando a los bolsillos de los menos pudientes