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Juan David Huertas//opinion Juan David Huertas Economía

Circo para hoy, hambre para mañana

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No podemos decir que el incremento del salario mínimo para 2025 es 'pan para hoy, hambre para mañana', ya que nadie en Colombia va a alcanzar a comprar si quiera un pan por cuenta de la decisión populista del ejecutivo. Pues, el anuncio no sólo permite la continuación del circo de Casa Nariño, sino que incrementará la informalidad, afectará la creación de nuevos empleos, encarecerá el costo de vida y causará más pobreza.

Tal como se había advertido en esta misma tribuna el domingo pasado, el anuncio del incremento del salario mínimo se dio, un poco por debajo de las pretensiones de los sindicatos, pero muy por encima del incremento propuesto por el sector productivo, que coincidía con los más reputados centros de estudios económicos del país, como Fedesarrollo.
A mí juicio, el objetivo de la decisión política de incrementar el salario mínimo por encima del nivel de la productividad más inflación, es con el objetivo de hacer culto a Petro.

Así lo reportó la agencia de prensa de Casa Nariño: “El presidente Gustavo Petro decretó en 9,5% el alza del salario mínimo que regirá en el país a partir del primero de enero de 2025, es decir un aumento de $123.500, lo que significa que la nueva asignación será de $1'423.500 (…) Con el nuevo incremento se benefician algo más de 2,2 millones de trabajadores en Colombia que reciben una remuneración básica, y corresponden a cerca de 10% de las personas ocupadas laboralmente en el país”.

Aunque el anuncio sea de muy buen recibo para algo más de 2millones de personas, el país entero pagará este acto de populismo. Es obvio que, contrariamente a la retórica que se impone en redes sociales, el incremento del precio de la gasolina y las reformas tributaria y laboral, afectan la estructura de costos y gastos de empresas y familias, por igual.
A lo anterior, se suma la decisión electorera del incremento del salario mínimo para 2025, lo que presionará al alza la inflación, como ya se mencionó.

No en vano, el transporte público, que es uno de los rubros clave de los hogares colombianos, incrementa según el salario mínimo. Lo mismo ocurre con el copago que la atención médica por parte de las EPS, sólo por mencionar dos de los más significativos rubros de los presupuestos familiares.

En el caso del sector productivo, debe recordarse que la economía del país no está conformada por grandes empresas, sino por microempresas (Según Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, las micro y pequeñas empresas representan el 98.9% del tejido empresarial en Colombia). Lo anterior, puede tomar una dimensión bastante crítica si tenemos en cuenta que es el sector productivo el que mayores oportunidades de empleo genera.

Debe aclararse que, a pesar de que desde el Ministerio del Trabajo se esté implementado una tarea interesante de desindexación de algunos bienes y servicios del salario mínimo, los efectos seguramente no serán los deseados ya que los decretos suelen ser instrumentos bastante imperfectos para determinar precios. Pues, el mercado funciona de acuerdo a la lógica económica (Oferta Vs. Demanda) y no a la luz de la intervención directa del Estado.

Con lo aquí expuesto, sólo me queda decir que por cuenta de la politiquería el país hoy está entretenido en el circo, pero mañana, habrá hambre.