Esa noche preguntó por una tienda de plásticos pues debía comprar algunos objetos y utensilios para dejar en la finca. Varios almacenes salieron al ruedo (Plastdecor, Cacharrería Sincé) y especialmente unos localizados en el mercado de Montería. Habló con su esposa y con voz precavida le expresó: “no llevar nada de valor o algo suntuoso puesto. Con esta seguridad, mejor tomar precauciones”
Con tarea en mente se levantaron temprano y fueron a conseguir los plásticos. Inicialmente en el almacén recomendado, compraron muchas de las cosas que necesitaban. Poca gente en ese local, los dependientes atentos y en poco tiempo los atendieron sin inconvenientes, faltaban pequeñas cosas y caminó hacia su casa vieron un almacén abierto, Mundial de Remates Impacto, también especializado en asuntos plásticos. Se estacionaron enfrente y bajaron, dentro se dividieron por las vueltas y WM estaba viendo algunos objetos.
De pronto se le acercaron dos individuos. El del lado izquierdo le hablo persuadiendo:
― “Quédese quieto y colabórenos. No se vaya a ganar un pepazo”.
Quien estaba al lado derecho le apuntó con un revólver de cañón largo y se lo puso a un lado del abdomen. No mencionó una sola palabra.
― “No le va a pasar nada, pero quieto, sin moverse”.
En 45 segundos le quitaron la mochila blanca que tenía, la billetera con los documentos, 200 mil pesos, el reloj, el anillo de matrimonio y los lentes. Algo que tenía valor espiritual; la cadena que su padre le había heredado y por supuesto el celular.
― “Por favor no se lleven las llaves del carro, les suplico”.
Los maleantes no escuchaban y salieron como entraron. Afuera dos conductores en moto los estaban esperando y abandonaron el lugar, como Pedro por su casa. Se dio cuenta WM que las llaves las tenía en el bolsillo del pantalón y pudo gritar: “me asaltaron”. Su esposa le vio la cara transformada, llena de sorpresa y de ira y exclamó: “robaron a mi esposo, hay que coger a estos maleantes”.
Silencio en el lugar, no voz solidaria y los dueños del almacén ausentes, como si no hubiese pasado nada. Llegó la policía y se hizo el denuncio, revisaron las cámaras del local y vieron las fotos de los malhechores. Se intentó buscar a los responsables, los intentos fallidos. ¿Qué se siente ante una situación de estas?: Primero indefensión. Segundo sorpresa y tercero rabia. No hay derecho que, dentro de un almacén de plásticos, con personas y compradores ocurra una situación de estas. Dos muchachos jóvenes, cara descubierta y gorra sobre la ceja intimidan y asaltan a uno de los presentes.
Para la esposa de WM la sensación de incredulidad y la furia contenida al ver que su esposo fue asaltado y humillado durante una compra rutinaria, lunes festivo, en un almacén que estaba con otros clientes. El asalto duró 45 segundos, una experiencia perturbadora que está por encima de las cosas materiales que se pierden. Un robo es la pérdida de la intimidad y una violación del espacio de seguridad. Es una tempestad en nuestro interior que sin duda repercute en nuestra salud emocional.
Escuchamos el relato varias veces ese día y en la medida que se iba contando menor carga emocional tenía. Inicialmente el hecho tiene una representación muy grande dentro del cerebro y mientras se exteriorice la parte afectiva se va diluyendo. Algunos recomiendan reescribir la historia amarga vivida y de esa forma vuela rápido.
Se debe anotar que, cerca del 10 % de los afectados sufre en el mediano plazo una reacción de psicopatología: inseguridad, miedo, alteraciones en el sueño y pesadillas dolorosas. Es más alta la incidencia en las mujeres y especialmente en los adultos mayores, Dicen que Montería es la ciudad más segura del Caribe, asaltos como este dejan muchas inquietudes (la tasa de homicidios del 18,3 %, el hurto disminuyó 36 %). Pobreza y desempleo, hambre y violencia son los factores de la criminalidad y nuestra región los tiene todos.
Las autoridades y los consejos de seguridad son esenciales, el plan candado hay que ejecutarlo y tomar todas las medidas preventivas para que hechos como estos no alteren la tranquilidad de los ciudadanos. Para WM una experiencia amarga y dolorosa; los elementos materiales se reponen, pero corrió un riesgo injustificado cuando solo estaba comprando platos de plástico para su finca.
Diptongo: La Ley no es negociable.
*Se cambian los nombres de los afectados en este asalto.