Viernes, 18 de octubre de 2024
Suscríbase
Viernes, 18 de octubre de 2024
Suscríbase
Revista Alternativa Gustavo Petro

El petrismo es un hito comunicacional

Más de este autor

Durante los dos años de gobierno el país, la opinión y los medios de comunicación le hemos seguido el juego discursivo y comunicacional a Petro y su combo.

Hay que reconocerlo, el equipo catalan y los asesores secretos del petrismo han sido hábiles: todas las semanas logran que el escándalo del hoy, tape el del ayer y mientras tanto preparan el del mañana. ¿Y lo peor? Es que son tan audaces que salen a vender la idea de que todo es ocasionado por una conspiración golpista de los medios “hegemónicos” y el uribismo, ¡y el 30% de la gente les cree!

Es un ciclo sin fin de calamidades públicas y privadas que cumplió y seguirá cumpliendo un propósito comunicacional: la saturación mediática y la preservación de la línea política.

Haga memoria, siempre que se destapa un hecho de corrupción bien sea de la administración, de la familia presidencial o se descubre una pésima gestión o indelicadeza del gobierno, algo repentino sucede que le permite al petrismo recuperar la riendas discursivas.

Una cosa tapa la otra y así sucesivamente al punto de que nadie recuerda todo lo que ha sucedido en este gobierno, inclusive, a veces ni se logra recordar los desastres de la semana pasada mucho menos los de hace un mes. Curiosamente, Petro materializa la vieja frase de: “en política, una semana es una eternidad”.

En 7 días podemos ver desde supuestos Golpes de Estado, hasta un billón de pesos o más que se pierden por mal manejos de la UNGRD o MinSalud, pasando por otra revelación del caso de lavado de activos de Nicolás Petro, marchas pagadas con nuestros impuestos e infames frases de ministros o ministras que dan ganas de sentarse a llorar.

Es un ritmo intenso el que mantiene el gobierno y les funciona. Algunos dirán que exagero, pero mal o bien, Petro se mantiene en 30% de aprobación. Logro para nada menor, sobre todo si reflexionamos sobre lo caótica y controversial que ha sido su administración.

Nada de esto sería posible y la estrategia de los escándalos hubiera fracasado si no existiera el armazón comunicacional financiado con nuestros impuestos, mejor conocido como: bodegas.

Las bodegas no son solo bots y perfiles falsos. Es un equipo robusto, quien sabe que tan grande, que viene desde campaña y al cual Petro le ha invertido millonadas, propias y ajenas.

Se compone de herramientas digitales, sí, pero también de influencers/legitimadores que han sido todos contratados por el Estado. Lo anterior, permite moldear la línea retórica a su antojo, distorsionar la realidad, contradecirse sin sonrojarse, mentir sin consecuencias y saturar con tendencias cualquier ruido que afecte al presidente o al proyecto político.

Ahora bien, como vimos en campaña y hemos visto durante el gobierno, también es una excelente herramienta para la ofensiva mediática y política. En cuestión de minutos acaban con cualquier contradictor, medio o partido sin que este pueda contrarrestar con efectividad el daño. Nadie en la oposición, en el centro o en los medios tiene la capacidad digital que nuestros impuestos y posiblemente dineros mal habidos le han dado al Pacto Histórico.

Es un juego sucio, definitivamente, que lamentablemente se tiene que aprender a jugar para sobrevivir en la política moderna. Si las redes sociales fueron definitivas en las pasadas elecciones, en las próximas y en las que están por venir, serán todo.

Para desgracia de la oposición, no existe iniciativa y mucho menos financiación para orquestar un mecanismo que enfrente al del Pacto. Nadie habla de ello y estoy convencido que teniendo una oposición dividida y un empresariado temeroso de un gobierno vengativo, el factor digital nos cobrará tremenda factura.

Dejando los sesgos a un lado, la oposición tiene mucho que aprender del proceso comunicativo del petrismo. Por supuesto, no para realizar las mismas maldades e inmoralidades, pero sí para entender que comunicacionalmente debemos evolucionar si queremos ganar en 2026.