Siguen surgiendo situaciones que suman a la larga lista de improvisaciones del Gobierno Petro. A las ya “metidas de pata” de sus ministros: “Notifíquenme en la tumba” de Alvaro Leyva; a los “descaches” del pago de tres veces la nómina del MinHacienda Ricardo Bonilla -que según dicen están amenazando a los que recibieron pago so pena de iniciar disciplinarios- se suma una nueva del MinSalud Guillermo Alfonso Jaramillo. A las ya expuestas “Fuimos y nos convertimos en un experimento” ya aparecen otras situaciones que son la tapa de su improvisación.
Una de ellas tiene que ver con las razones por las cuales no han podido posesionar al director del Invima, entidad que ya lleva 16 meses sin una cabeza visible. Pues bien, la semana pasada Jaramillo estaba corriendo porque el actual director encargado no quiso firmarle una resolución para el cambio en el manual de funciones y requisitos para incluirle a las condiciones de director la profesión de filósofo.
El directivo se negó rotundamente y -según cuentan las malas lenguas- Jaramillo entró en su estado colérico de siempre y solicitó entonces lo que el Gobierno Petro ha venido haciendo bajo la denominación de insubsistencia. Sucede y acontece que Jaramillo pidió a una de sus asesoras “asumir” la dirección general del Invima con la tarea de hacer ese cambio en el manual de funciones a lo que ella también se negó al conocer la finalidad de ese compromiso.
Dicen que el director encargado no se mueve de su posición ética con razones justificadas y que está esperando que el Gobierno le dé de baja, pero Jaramillo está buscando desesperadamente quién meta las manos al fuego y le “ayude” a pasarse por la faja todos los requisitos pertinentes para poder posesionar a Germán Velásquez.
Ya se ha vuelto costumbre para este Gobierno que se pongan bravos porque “no se puede hacer nada” pero para saltarse la ley y acomodar a las malas situaciones y nombramientos que técnicamente brillan por su ausencia legal y éticamente imposibles de cumplir.
Jaramillo, en lugar de estar pensando en cómo solventar los valores de la UPC para 2024, es cero consistente con la misión que debe fungir en su actual cargo. Un ejemplo de ello es que lleva más de 48 semanas epidemiológicas dejando morir literalmente a niños por desnutrición en todo el país, basta con echar una mirada el boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud porque este señor en lugar de salvaguardarlos estaba repartiendo mermelada en el congreso para que le aprobaran su nociva reforma. Y, para completar, se fue de vacaciones.
Definitivamente este gobierno está acabando con la reputación de lo que realmente significa ser un MINISTRO.