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Simón Santiago Doncel Simón Santiago Doncel Opinión

La sórdida soberbia revolucionaria

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Con la polémica desatada por la posición por lo menos cómplice, cobarde e insulsa de Gustavo Petro sobre la dictadura de Maduro en Venezuela y su posesión para un tercer mandato, inicia el año 3 d. C. (después del Cambio).

El debate político en Colombia, tanto en medios como en redes sociales y el Congreso, ha alcanzado un estado poco previsible: se ha reducido y limitado a que los personajes más funestos relacionados con las FARC, ELN, M-19, AUC y las disidencias posen de héroes y den cátedra sobre temas como la paz, la seguridad, la lucha contra la corrupción, la moral y la ética.

Tanto es así, que en este presente distópico neogranadino no sorprendería que pronto sean los atracadores quienes den clases sobre seguridad urbana, que las mafias dedicadas al volteo de tierras impartan cátedra sobre planeación urbana sostenible, que los miembros del carrusel de la contratación tracen la hoja de ruta para el futuro de la infraestructura bogotana o que los narcos enseñen sobre emprendimiento.

Esto no significa que esté en contra de los procesos de paz llevados a cabo en diferentes épocas con resultados variados. En mi caso, voté y votaría mil veces "sí" en el plebiscito de 2016. De hecho, destaco que, casi una década después del fin de las FARC como guerrilla, aproximadamente el 90% de los firmantes sigue desmovilizado, eso no quiere decir que sean héroes.

No obstante, causa escozor que en Colombia, un país con tantas víctimas y necesidades, se haya entregado el protagonismo y la visibilidad a victimarios como Iván Márquez, Sandra Ramírez, Pablo Beltrán, Iván Mordisco, Salvatore Mancuso e incluso el mismo Gustavo Petro. Todos ellos, en su sórdida soberbia, usan sus luchas armadas, conspiraciones ficticias, “revoluciones” y las de los vecinos para justificarse, culpar a otros de sus responsabilidades, desviar la atención y posar de defensores del pueblo colombiano.

A continuación, algunas frases célebres de estas personas:
● “La generación de jóvenes que acompañamos a Carlos Pizarro en el M-19 ha sido fructífera … Con nuestras vidas, como oficiales de Bolívar, estamos cumpliendo… Palabra que sí.”
● “Los secuestrados tenían sus comodidades.”
● “El sistema electoral venezolano es bastante robusto y garantista.”
● “Vamos a rescatar la majestuosidad del constituyente primario, que es el pueblo.”
● “La justeza de la rebelión armada del pueblo como derecho sigue vigente, porque hasta ahora no ha sido posible demostrar que las demás vías populares, revolucionarias, democráticas logren alcanzar tal desarrollo.”

Lo que más sorprende es la inoperatividad, falta de cohesión y de rumbo de los movimientos independientes, de oposición y opinadores que, aún hoy, parecen un boxeador aturdido por un gancho al mentón.

De cara a las elecciones de 2026, el reto principal es salir de la caja de resonancia pública monofónica, la cual solamente permite las tonadas del petrismo y está muy bien custodiada por los bodegueros pagos del gobierno.

Lo que requieren los distintos sectores políticos es empezar a promover agenda pública no reaccionaria y dependiente de Petro, para promover sus modelos de país y propuestas para acercar al elector, que poco a poco, empieza a pensar en sus candidatos, si quiere un cambio o continuidad en la Casa de Nariño.

Bonustrack: En la Alemania de la posguerra, habría sido impensable que Himmler, Eichmann o Göring dieran cátedra sobre derechos humanos.