¿El poder con quién?
Pedro Sánchez tomó la fórmula ‘Petrominofen de 1.000 miligramos’ para formar gobierno en España y se confirmó lo que tanto se temía/esperaba: logró su tercer mandato como presidente del gobierno entre apoyos cuestionados, el favor de personajes procesados por la justicia y en un clima de inestabilidad política que ha causado manifestaciones multitudinarias en el país.
Cualquier parecido con la realidad colombiana, es pura coincidencia (?)
Vamos por ingredientes...
Clima 200 mg: esta elección pasó por una especial etapa de polarización, teniendo en cuenta el crecimiento de los partidos opositores y de derecha, que pasaron de gobernar solo cuatro comunidades autónomas de 17 en 2021, a dominar 11.
Además, fue una contienda de ataques personales contra un contrincante como Alberto Núñez Feijóo que como Rodolfo Hernández (guardando las proporciones) era tildado de machista y fue cuestionado por su gestión al frente de la Xunta de Galicia.
Alianzas 300 mg: tanto Petro como Sánchez optaron por buscar acuerdos que en el caso de Colombia se centraron en los partidos y políticos tradicionales de todos los frentes: liberales, conservadores y La U.
Con dichos apoyos, se construyó el bloque parlamentario que llegó a controlar el 70% del Congreso y el mismo presidente dinamitó al no lograr la aprobación de la reforma a la salud.
Por su parte, Sánchez buscó apoyo hasta de partidos rivales para superar el umbral de votos de 176 necesarios para obtener la mayoría absoluta. Entre estos, Sumar, el Bloque Nacionalista Galego (BNG), la Coalición Canaria (CC), y con los independentistas del Partido Nacionalista Vasco, Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya.
Con todos ellos, se adelantaron acuerdos en temas como ampliación de derechos laborales, aumento de salarios, condonación de deudas, el traspaso de competencias, la ampliación de recursos y el tema más álgido: la amnistía a los condenados por el ‘Procés’.
¿El poder con quién? 500 gm: esta es la cereza del pastel. La política es un ejercicio de negociación y acuerdos entre actores con distintos intereses. Sin embargo, esto plantea la cuestión legal y filosófica de hasta dónde se imponen los objetivos de cada quien por encima de las leyes y la misma unidad del país.
Hace unos meses, Juan Fernando Petro, hermano del presidente, declaró en una entrevista que la campaña se ganó con más de un millón de votos obtenidos gracias a acuerdos que él y otros miembros de la campaña gestionaron en varias cárceles del país.
A su vez, Pedro Sánchez se valió del apoyo de siete diputados del ala secesionista catalana de Carles Puigdemont con un polémico acuerdo para amnistiar a los independentistas del ‘Procés’ que fueron condenados por la justicia española, defendiendo la medida para apaciguar los “odios” en la sociedad española. Sin embargo, hace unos días también le expresó el apoyo del gobierno a la Princesa de Asturias, en su jura de la constitución. ¿Al fin qué?
Más que ‘Petrominofen’, tanto Colombia como España necesitan una quimioterapia de la política, pero con los orangutanes que le están colgando a la reforma a la salud, la cura es peor que la enfermedad.