Los colegios electorales abrieron este domingo en España para la celebración de los comicios generales en los que se elegirá al presidente del Gobierno y a los representantes del Congreso y el Senado.
Los centros de votación abrieron a las 9.00 horas locales (7.00 GMT) y cerrarán a las 20.00 horas (18.00 GMT).
Un total de 37.469.142 españoles están llamados a acudir a las urnas en estos comicios, de los que 2,3 millones residen en el extranjero.
De los electores residentes en España, 1.639.179 podrán participar por primera vez en unas elecciones generales al haber cumplido 18 años desde la anterior votación, celebrada el 10 de noviembre de 2019.
Las elecciones generales españolas se celebran cada cuatro años, salvo si el presidente del Gobierno dispone su disolución anticipada, tal y como ha ocurrido en esta ocasión.
El hecho de que estos comicios coincidan con las vacaciones de verano de los españoles ha propiciado que más de 2,47 millones de ciudadanos voten por correo, según los datos ofrecidos por el organismo estatal de servicio postal.
Esa cifra constituye el 94,2 % de las solicitudes admitidas para esta modalidad de sufragio, la ratio más alta alcanzada en unas elecciones generales en España desde que hay registros estadísticos homologados (2008).
Para quienes vayan a votar este domingo se han instalado 210.000 urnas y 59.000 cabinas y se han repartido en los colegios electorales 85 millones de sobres.
Más de 90.000 miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado integran el dispositivo de seguridad para velar por que el proceso transcurra con normalidad y sin incidentes.
En estas elecciones se enfrentan dos bloques, el conservador, liderado por el Partido Popular (PP), y el progresista, con el Partido Socialista (PSOE) a la cabeza, que han tratado de conseguir durante la campaña los apoyos suficientes para poder formar el próximo gobierno de España.
Si no lo consiguen por sí solos, y es lo que apuntan las encuestas, cada uno de los dos partidos se verá abocado a intentar alcanzar una mayoría de gobierno tras pactar con su respectivo extremo en el espectro político: la formación de ultraderecha Vox en el caso del PP y la coalición de izquierdas Sumar en el del PSOE.