Este miércoles se terminó el plazo para que el Concejo de Bogotá aprobara el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). No hubo ni siquiera debate.
El Concejo tuvo noventa días para tramitar la hoja de ruta de la capital en los próximos doce años. El POT define la forma en que crecerá, establece hacia dónde y cómo será las construcciones, así como la protección de zonas naturales y la repartición de espacio público.
La alcadesa López bautizó al proyecto que presentó como “El renacer de Bogotá”. Esperaba que el documento, de más de 600 páginas, y con 14 programas y 41 subprogramas, tuviera buena acogida.
Sin embargo, no fue así. El tiempo se fue en dilaciones de los cabildantes, descontentos con el contenido, y en recusaciones. Ahora, se abren camino dos posibilidades: volver a discutirlo en 2022 o que la alcaldesa lo ponga en vigencia por decreto.
“Hoy la plenaria es para elegir la nueva mesa directiva del Concejo. (…) Todas estas acciones asfixiaron el debate del POT. Según la ley, el Concejo tenía 90 días para pronunciarse. Al no haber pronunciamiento, la alcaldesa puede expedirlo por decreto”, explicó María Fernanda Rojas, presidenta del Concejo de Bogotá.
Sin embargo, esta vía no tiene buena aceptación por las diferentes entidades que dependen del POT, que argumentan que lo mejor que puede hacer la alcaldesa es introducirle modificaciones al proyecto, y volverlo a radicarlo para debate el próximo año.
“Bogotá tiene una gran oportunidad de construir una visión consensuada de ciudad y de territorio productivo y competitivo con el Plan de Ordenamiento Territorial. Es por eso que, desde la ANDI, hemos venido contribuyendo a lo largo de los últimos meses con el análisis y la generación de propuestas para la Administración Distrital y el Concejo de Bogotá, para tener el mejor POT posible”, dijo Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI).
Cuando el anterior alcalde Enrique Peñalosa tuvo la oportunidad de hacer lo mismo, decretarlo, la entonces aspirante a la alcaldía, Claudia López, le pidió “no cometer ese error” y abrir de nuevo la oportunidad para buscar un consenso. La pregunta que surge ahora es si ella mantendrá la misma línea ante este nuevo debate frustrado.