El rey Felipe VI propuso este martes como candidato a la investidura al socialista Pedro Sánchez, en el segundo intento para elegir presidente del Gobierno en España después de que no lo lograra el líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo.
Felipe VI transmitió su decisión a la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y el actual presidente en funciones podrá empezar, de manera formal, los contactos con el resto de partidos para buscar los votos necesarios para su investidura.
La investidura de Sánchez tendrá lugar después del intento fallido de Feijóo, quien la semana pasada no consiguió los apoyos necesarios entre el resto de formaciones en ninguna de las dos votaciones en la Cámara española.
Armengol compareció hoy en el Congreso para comunicar la decisión del rey y señaló que solo convocará un nuevo pleno de investidura con la candidatura de Sánchez cuando las negociaciones políticas «estén maduras», aunque recordó que la fecha máxima es el 27 de noviembre.
La fecha del nuevo pleno de investidura, adelantó Armengol, será acordada con Sánchez.
«Los tiempos estaban muy marcados y tasados, se tiene hasta el 27… y entiendo que ahora hay que hacer las negociaciones oportunas para poder hacer una investidura con apoyos suficientes y que salga adelante», dijo la socialista, quien destacó que «lo importante es que el candidato tenga el tiempo para hacer las reuniones con las diferentes formaciones políticas».
En esa línea, aseguró que su «sentido común» le «dice que cuando la situación esté suficientemente madura convocaremos el pleno de la forma más urgente posible».
La decisión del monarca español de proponer a Sánchez como candidato era la esperada, por cuanto el dirigente socialista había mostrado su deseo de aspirar a la reelección y de reeditar el gobierno de coalición progresista con la formación de izquierdas Sumar.
Sánchez deberá armar los apoyos suficientes para poder ser investido en la Cámara Baja, bien con una mayoría absoluta en primera votación o con una mayoría simple, pasadas 48 horas de esa sesión.
El PSOE cuenta con los apoyos de sus 121 diputados, a los que uniría los 31 de Sumar y previsiblemente los 6 diputados independentistas vascos de EH Bildu y los 5 de los nacionalistas vascos del PNV. En plena negociación están los votos de los independentistas catalanes de ERC y de Junts, que cuentan con 7 parlamentarios cada uno.
Los dos partidos independentistas catalanes exigen a Sánchez aprobar una ley de amnistía a los políticos condenados por el intento secesionista de Cataluña en octubre de 2017 y avanzar en el reconocimiento del derecho de autodeterminación para celebrar un referéndum de independencia.
Además, el partido nacionalista gallego BNG, cuyo único diputado votó en contra la investidura de Feijóo, también avisó recientemente a Sánchez de que no tiene su apoyo garantizado.
En un primer llamamiento, Sánchez necesita la mayoría absoluta (176 escaños) y, de no prosperar, a las 48 horas habría una segunda votación en la que solo precisaría la mayoría simple.
En caso de fracasar, se disolverían las Cortes y se repetirían las elecciones generales el 14 de enero del próximo año.
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