Bogotá, 30 mar (EFE).- «No seremos nosotros los que nos pararemos de la mesa» con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aseguró este jueves el jefe de la delegación del Gobierno colombiano para los diálogos de paz con esta guerrilla, Otty Patiño, después del ataque que dejó nueve muertos y tensionó el proceso de negociación.
«Pese a que no se ha firmado un cese el fuego y hostilidades, el espíritu que desde luego hay que crear es de confianza», defendió Patiño tras el revuelo ocasionado por el ataque de la guerrilla, para insistir en que «se debe crear un clima de confianza donde las armas valgan menos y las palabras valgan más«.
Además, el jefe negociador del Gobierno lamentó este jueves en una entrevista con la radio institucional Colombia Hoy Radio que la guerrilla ha hostigado a la población civil de los convulsos departamentos de Cauca, Arauca, Chocó y Nariño «con una violación flagrante a las normas del Derecho Internacional Humanitario» que dice acatar.
En la madrugada del miércoles, nueve militares murieron y nueve más resultaron heridos en un ataque perpetrado por el ELN contra una unidad del Ejército colombiano en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela.
Patiño ya se pronunció el miércoles después del ataque para asegurar que la delegación negociadora del Gobierno pedirá un cese al fuego con la guerrilla para poder avanzar en otros puntos de las negociaciones.
«El Gobierno no va a ceder en la búsqueda de una paz total y en la búsqueda de la preservación de la vida de la población y de los propios combatientes y de las instituciones armadas de Colombia, cuyo compromiso con la paz es evidente», aseveró Patiño hoy.
Para precisar que la paz total «no es solamente una bandera, es un propósito» del Gobierno, muestra de lo cual es que «a pesar de que se rompió el cese bilateral con el Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia, el Gobierno sigue dialogando en medio del fuego con ellos«.
EL ATAQUE Y LA RESPUESTA
El ataque fue perpetrado en Guamalito, un corregimiento del municipio de El Carmen, en el departamento de Norte de Santander, contra soldados del Batallón Especial Energético y Vial No. 10, según las primeras informaciones del Ejército.
Los militares fueron emboscados con explosivos y disparos de fusil, y entre los fallecidos hay dos suboficiales y siete soldados, según detalló el presidente Gustavo Petro.
Esta acción provocó el rechazo y la condena de todo el Gobierno y de varias personalidad políticas el país, y motivó a Petro a llamar a consultas a la delegación gubernamental que negocia con el ELN, ya que «un proceso de Paz debe ser serio y responsable con la sociedad colombiana».
«Mi posición en la reunión que tendremos el lunes con el presidente será la de hacer prioritaria la exigencia del cese al fuego y de hostilidades como condición necesaria para adelantar la participación de la sociedad civil en este proceso y el desarrollo de alivios en zonas donde el ELN puede interferir o afectar las acciones y dinámicas humanitarias», dijo Patiño tras el ataque. EFE