Así lo denunció la directora de la revista, Vicky Dávila, quien aseguró que pidió ayuda a la Policía porque «un grupo grande de indígenas rompió vidrios en el edificio de Semana e ingresó a la fuerza».
Dávila publicó un video en el que se ve a los indígenas gritar «abajo la mala información de Semana», tras lo cual esas personas se subieron a una chiva, un colorido autobús típico de las zonas rurales colombianas en el que se fueron de la zona.
Ante esa situación, que no dejó personas lesionadas, a la sede de Semana, ubicada en el norte de la capital colombiana, llegó el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad) y retomó el orden.
La Fiscalía señaló que miembros del Cuerpo Técnico de Investigación se desplazaron a «las instalaciones de la revista Semana, en Bogotá, para investigar la irrupción de un grupo de personas que, al parecer, ingresó a la sede de manera violenta».
Ese organismo realizará «las investigaciones del caso para determinar los posibles hechos de vandalismo y hacer la respectiva judicialización».
Según Semana, los indígenas se quedaron en el primer piso del edificio de la revista, donde también tienen sede otras compañías, durante aproximadamente una hora gritando arengas contra ese medio y contra otros críticos del Gobierno, como RCN.
Indígenas en Bogotá
Alrededor de 14.000 indígenas de todos los puntos del país llegaron esta semana a Bogotá donde el miércoles participaron, junto a sindicalistas, trabajadores y campesinos en las manifestaciones convocadas por el presidente colombiano, Gustavo Petro, para «apoyar las reformas planteadas por el Gobierno Nacional» y para pedir más acción ante la escalada de violencia contra sus pueblos.
La llamada minga indígena abarrotó ese día la Plaza de Bolívar, como se esperaba, y la mayoría de los participantes regresaron a sus regiones tras la manifestación, pero otros, como los que intentaron entrar a Semana, se quedaron en la capital colombiana.
La representante a la Cámara Katherine Miranda, del partido Alianza Verde, lamentó en X (antes Twitter) que «lleven meses promoviendo el odio y la violencia contra los medios de comunicación».
«Aquí tienen las consecuencias. Atentar contra la libertad de prensa, es atentar contra la democracia», expresó sin señalar directamente a nadie.
En mayo pasado, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) alertó que Petro, endureció «su discurso contra el periodismo».
Advirtió además que los señalamientos del mandatario, algunos de ellos «individualizados por él mismo en sus redes sociales», elevan «el riesgo al que están expuestos las y los periodistas, en un país donde la violencia cobra la vida de las y los comunicadores». (EFE)