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Gustavo Petro

Presidente, lave usted las gafas

Petro usó la cifra de las 6.402 víctimas de los falsos positivos y la acusación de bombardeos contra niños contra Duque, afirmando que eso sería peor que la dictadura de los Castro. Pero hay que hacer la pregunta: ¿las víctimas del régimen cubano valen menos que los 6.402 falsos positivos? Por: Simón Doncel

Fidel Castro

Para los estimados lectores de Revista Alternativa y personas en general que usamos gafas, lentes, anteojos o como se refieran en su país a este objeto, para la eternidad cuaal Prometeo, sabremos la terrible tragedia diaria de tener que lavar nuestra herramienta para poder ver el mundo tal y como es.

Por tal motivo, quiero dedicar esta columna al presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien dedicó unas líneas de su ecuánime pluma en Twitter o X para defender al régimen cubano y atacar al expresidente Iván Duque. Sin embargo, nuevamente usa verdades a medias para demostrar su punto.

Mi humilde recomendación es: presidente, lave usted las gafas, porque no ha visto la foto completa de la historia cubana, chilena y colombiana. Así, el 17 de septiembre de 2023 ha quedado para la historia como el día en que un Jefe de Estado colombiano usó la majestad del cargo en la defensa de los hermanos Castro, quienes han sido garantes de diferentes procesos de paz de Colombia, pero también brindaron entrenamiento, armamento y recursos a los grupos guerrilleros colombianos, participantes de un conflicto que ha dejado cerca de ocho millones de víctimas, prácticamente la población de Bogotá.

Disculpe usted estimado lector/a si encuentra mi lenguaje demasiado adornado y lleno de referencias lechuguinas, pero es la forma usual como el presidente actual suele hablar. Tal vez escribiendo de esta forma sea más claro mi mensaje que no busca pecar de currutaco, sino demostrar que esto va más allá de ser de izquierda o de derecha. Es un acto de humanidad hacia todas las víctimas del sanguinario régimen castrista, como los balseros que arriesgaron la vida en su navegación hacia Miami, los periodistas silenciados, los fusilados y hacia las víctimas tanto cubanas como del conflicto armado colombiano, cualquiera que haya sido su victimario.

Vamos por partes, en su mensaje, Petro dijo: “Los Castro cuidaron que los niños tuvieran comida, salud y educación, en cambio tú, Duque, los bombardeaste. Creíste que si morían los niños moría el comunismo, tanta estupidez pensaste. Quizás sea peor la dictadura del que cree que es bendito el matar 6.402 jóvenes, pensando que así termina el comunismo, que aquella de los Castro. Me importa un pito los que se creen demócratas con la sangre de niños colombianos y cubanos en sus manos”.

Por un lado, según los datos oficiales de la ONU, Cuba se ha mantenido como uno de los países con menores tasas de mortalidad infantil y uno de los pocos que ha reducido a sus mínimas expresiones al analfabetismo. No obstante, aproximadamente el 70% de las familias de ese país viven por debajo de la línea de pobreza en una economía similar a la de Corea del Norte, una tendencia a la baja de reproducción de 1,50 hijos por familia y solamente en los últimos 25 años, una emigración de casi un millón de personas.

Desde la caída de la Unión Soviética, Cuba lleva viviendo una permanente crisis económica que mantiene a la isla en una continua zozobra sobre su futuro y para el 2022, la inflación llegó casi al 40%, con el bien conocido desabastecimiento de productos básicos, de gasolina y una moneda que se continúa devaluando y ha perdido cerca de la mitad de su valor en el último año, llegando a 230 pesos por dólar en el mercado informal, que es el más utilizado.

Una buena píldora para la memoria es que desde que Cuba nació como nación independiente en 1898, tras la guerra entre Estados Unidos y España, se ha mantenido como un apéndice de otros países. En la primera parte del siglo XX, siempre fue políticamente inestable, con una economía que dependía directamente de su vecino norteamericano por sus exportaciones de azúcar.

Tras la revolución de 1959, la isla pasó a ser dependiente de la Unión Soviética por sus recursos, asistencia técnica, militar e intercambios comerciales, a pesar de que antes de haber tomado el poder, Fidel Castro negó ser comunista, la situación y sus nacionalizaciones de empresas estadounidenses lo llevaron a buscar esta alianza como lo explicó Mervyn Bain, autor de Moscow and Havana 1917 to the Present: An Enduring Friendship in an Ever-Changing Global Context.

Más recientemente, Cuba mantiene una relación similar con el régimen venezolano que provee petróleo, préstamos, asistencia técnico-militar, entre otros, y en contraprestación envían médicos para las misiones médicas del gobierno chavista. Sin embargo, según información salida de la isla y de Infobae, la dictadura de Maduro se ha visto obligada a reducir los envíos de petróleo a La Habana de 130.000 barriles de petróleo diarios a 50.000 barriles. Es decir, una relación parasitaria en la que el régimen cubano ha exportado más una marca que representa la Revolución y un bastión del socialismo en la región.

Petro usó la cifra de las 6.402 víctimas de los falsos positivos y la acusación de bombardeos contra niños contra Duque, afirmando que eso sería peor que la dictadura de los Castro. Pero hay que hacer la pregunta: ¿las víctimas del régimen cubano valen menos que los 6.402 falsos positivos?

No hay cifras unificadas sobre la cantidad de víctimas producidas por la dictadura y muy al estilo de estos tipos de gobierno, no hay cifras oficiales o 100% comprobables. No obstante, a 2016, Archivo Cuba registró 7.179 muertes, de las cuales 3.110 fueron fusilamientos, 1.170 por ejecuciones extrajudiciales, 847 muertos y desaparecidos en combate (Bahía de Cochinos, Sierra del Escambray) o 18 presos políticos muertos en huelga de hambre.

Esto sin olvidar que tanto Fidel Castro y el “mítico” Ché Guevara, fueron abiertamente homófobos, y este último fue el encargado de poner en marcha los campos de trabajo que fueron el centro de reclusión y ejecución de homosexuales, católicos y otros “nadies” que disentían o tenían prácticas mal vistas por el régimen.

En resumen… presidente, ¿una muerte vale más que otra?, esta es una discusión que va más allá del uribismo, del petrismo o cualquier expresión política. Esta visión trasnochada y cargada de reminiscencias soviéticas, que en vez de cerrar heridas, las abre aún más… Quizá sea peor la dictadura del que no quiere ver.

Bonus track: Presidente, usted que es un viajante incansable, visite el Museo de la Diáspora Cubana en Miami.