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película

“Regresando a la Matrix”

Hace un par de días Warner Bros. puso en línea […]

Imagen del tráiler de «Matrix Resurrections» propiedad de Warner Bros.

Hace un par de días Warner Bros. puso en línea el tráiler de la cuarta parte de una de las sagas más queridas por el público y la generación que presenció el cambio de milenio; “The Matrix Resurrectios” (con más de 24 millones de reproducciones) es el título de esta nueva entrega, la cual está dirigida por Lana Wachoski sin la habitual colaboración de su hermana Lilly, con quien hicieran una dupla en la dirección de la fantástica y revolucionaria trilogía original.

Nunca se había sentido tan oportuna y necesaria una reflexión sobre el mundo digital en el que navegamos y al que nos hemos integrado a un nivel casi dependiente en nuestra habitual relación con los ecosistemas virtuales, y el concepto más puro de Matrix, es quizá el más apropiado para describir la evolución de la sociedad y su migración constante hacia la evasión de la realidad, creando un escapismo cibernético en el que nos sentimos cómodos y en mayor medida, libres.

La primera versión de Matrix en cine era una metáfora del miedo a la robótica, a la aparición de conceptos como el de realidad virtual e inteligencia artificial, era un producto de su tiempo, exactamente 1999, el final del siglo y del milenio, una década que vio nacer la internet y una nueva forma de comunicación y conectividad planetaria al servicio de la sociedad civil. Este era un momento inquietante, la promesa de un mundo más amplio y de acceso a la información sin fronteras. El ciberespacio se convirtió en el refugio de aquellos quienes iban allí buscando escapar del mundo ordinario, plagado de una angustia y desesperación ante la crueldad que representaba la realidad: pagar la hipoteca, comprar objetos, la presión por el éxito laboral y personal, la insatisfacción por no conseguirlo y la mirada acusadora de un mundo basado en el éxito económico; estos conceptos hicieron que una generación escapara hacia vidas virtuales en las cuales poder ser realmente quienes pretendían ser, un mundo sin límites en el cual poder pasar de sobrevivir a existir.

Imagen del tráiler de «Matrix Resurrections» propiedad de Warner Bros.

La gran ironía, sin embargo, es que la construcción de una nueva realidad virtual trajo consigo un desapego constante respecto a nuestra realidad vivencial y ordinaria, creando una adicción a esa fantasía salvadora y liberadora que nos extraía de un páramo emocional y estéril y nos conectaba con un mundo de posibilidades infinitas. De allí que la primera entrega de Matrix sea una lucha por salir de un sistema construido para mantener a la humanidad adormecida ante la catastrófica realidad, dormimos en la realidad solo para despertar en los sueños, en una vida de mentiras mientras el mundo se hacía pedazos por el dominio de los ejércitos de las maquinas, las cuales, junto a los humanos, destruyeron el planeta en guerras apocalípticas y con ello, nuestro hogar.

La humanidad siempre se las a arreglado para crear sistemas de control sobre sus poblaciones; política, religión, economía, son algunos, y la Matrix se convirtió en un nuevo sistema de control que ofrecía un mundo de fantasía a cambio de un mutualismo, en el que como todo sistema, requiere sobrevivir y se aferra a estándares de supervivencia para prolongar su existencia, de allí que el mundo que han puesto ante nuestros ojos no es más que una ilusión a cambio de convertir a la humanidad en baterías vivientes que mantienen vivo al sistema que los encerró para empezar. Una metáfora del dominio de las reglas de nuestra sociedad, aquellas que convierten a los individuos en simples robots que obedecen y consumen.

Pero ¿por qué es tan atractivo el concepto de Matrix? Sencillamente por la necesidad de cegar nuestros ojos ante la angustia de nuestras vidas, es una triste y placentera forma de evadir dichos sistemas de control de los cuales no podemos escapar, por ello, preferimos mutar y entregar nuestras conciencias a mundos virtuales en los cuales podemos construir una nueva versión de nosotros mismos, y con ello, una nueva identidad, es el espacio que la contemporaneidad y el avance tecnológico nos ha permitido habitar, evolucionamos en seres virtuales con la promesa de ser nosotros mismos, de ser únicos y tal vez, algo más allá de un simple habitante de un mundo y una realidad que ya no es suficiente, que nunca fue suficiente.

Imagen del tráiler de «Matrix Resurrections» propiedad de Warner Bros.

Matrix Resurrections es una actualización de esos miedos, y lo que su nueva entrega nos promete, es una nueva discusión sobre nuestro propio tiempo, tal como lo hiciera su primera versión, esta, según su avance, nos intentará adentrar nuevamente ante las discusiones filosóficas que plantea el escenario de la vida virtual, antes, la batalla era por despertar del sueño y aceptar que como humanidad debemos luchar ante un sistema de control que nos construía una utopía y que nos robaba nuestro derecho de decidir si permanecer en ese mundo imaginario o luchar por nuestra propia realidad por muy desoladora y cruel que fuera.

¿qué es Matrix? Matrix somos todos, es el mundo que hemos construido y habitamos, una sociedad que abraza la tecnología y los ecosistemas virtuales que han creado para que permanezcamos días y noches inmersos en ese escapismo de posibilidades alejado de las responsabilidades del mundo real. Pero ello plantea otra pregunta: ¿qué es la realidad? No es otra cosa que aquello que asumamos como realidad, como verdad y en donde poder comunicarnos con nosotros mismos y con todos aquellos que necesitan más, aquellos para los que el mundo en el que habitamos no es suficiente, creando una realidad colectiva desde nuestros dispositivos, en lo que podría considerarse como una temprana y rudimentaria versión de la Matrix, una versión beta que ya nos ha cautivado, que ya nos ha comprado y que no se va a detener jamás, pues la antropotecnia es el paso siguiente en nuestra evolución humana, la integración hombre – máquina, y para ello la desoladora conclusión, es que lo haremos de forma “voluntaria”, entregándonos a ese anhelo de perfección que el “mundo real” nos impide.

En cuanto a su imagen, “Resurrections” es claramente mucho más limpia, contrastada y con una gama tonal mucho más rica que la clásica paleta de colores de la trilogía original, aquella que servía como diferenciador entre las realidades, su tono verde dominante ha desaparecido, sugiriendo una versión actualizada y mucho más apegada a la imagen que tenemos de “el mundo real”, poco vemos del mundo fuera de la interface Matrix, solo unos cuantos segundos nos ofrecen una perspectiva sobre el mundo destruido por la guerra contra las maquinas y los campos de cultivo de seres humanos, en los que sí se puede apreciar el distintivo azul y purpura que caracteriza el mundo real dentro de este universo. Esta vez la dirección de fotografía está a cargo de John Toll, habitual colaborador de las Wachoski en cintas anteriores como Cloud Atlas y Jupiter Ascending.

Imagen del tráiler de «Matrix Resurrections» propiedad de Warner Bros.

Matrix Resurrectios será estrenada en diciembre de 2021, sin su director de fotografía original Bill Pope, ni con el compositor de la primera trilogía Don Davis. A su vez, repiten sus personajes el querido por todos Keanu Reeves (Neo) y Carrie-Anne Moss (Trinity), una de las parejas de la ciencia ficción más apreciadas por los amantes del cine y de esta extraordinaria saga cinematográfica.