Desde que los servicios de internet han usado los teléfonos como dispositivos de identificación, ha surgido de igual manera la masificación de nuestros números móviles como sistema de identidad digital, lo cual ha supuesto innumerables conflictos respecto a la seguridad de los datos personales en el ciberespacio, pero «Telegram» planea cambiar este fenómeno.
La tecnología que plantea «Telegram» se basa en reemplazar los números habitualmente asignados por una compañía de comunicaciones a una tarjeta sim que deseemos adquirir
La aplicación de mensajería conocida como una de las más grandes alternativas a “WhatsApp”, ha decidido comenzar a implementar el uso de sus sistemas sin la necesidad de una simcard en nuestros dispositivos, lo cual significaría un enorme salto en lo que respecta a mantener el anonimato y fortalecer la seguridad de las identidades, por lo menos en esta aplicación.
La tecnología que plantea «Telegram» se basa en reemplazar los números habitualmente asignados por una compañía de comunicaciones a una tarjeta SIM que deseemos adquirir, en cambio, la aplicación pretende cambiar este número por un “número anónimo” que se desprende de números asociados a cadenas de blockchain sin ningún tipo de intermediarios, que en este caso reemplazarían a las empresas que asignan los números de forma tradicional.
Esta tecnología al ser un sistema alternativo no es propiamente gratuita, pues dentro de la cadena donde se pretenden adquirir los “números anónimos o números fantasma”, existe un precio por la asignación de cada uno de estos números, haciendo que la “alternativa” de seguridad sea un sistema más de compra de un bien soportado en la necesidad individual de cada usuario sobre el nivel de seguridad al que esté dispuesto a acceder y a pagar por ello.
En este momento, un número de blockchain estaría alrededor de 15 euros, pero se espera que este tipo de tecnologías comiencen a distribuirse de forma mucho más accesible al público, no como un servicio “vip” sino como una experiencia pensada en la seguridad de los usuarios y el ecosistema comunicativo.