La emergencia se inició en la unidad de cuidados intensivos del centro de salud.
La rápida reacción de los organismos de socorro hizo que el incendio que se produjo en el Hospital Universitario de Villavicencio la noche del domingo no tuviera consecuencias más graves. Sin embargo, el balance sigue siendo dramático: un bebé fallecido, más de 300 personas evacuadas y millonarias pérdidas.
Según las autoridades locales, no se puede confirmar si la conflagración precipitó el fallecimiento del menor, pero lo cierto es que minutos antes del incendio el bebé había sido estabilizado y, después de la evacuación, no respondió.
La conflagración, al parecer, tuvo origen en un cortocircuito provocado por un ventilador del área de cuidados intensivos de neonatos, donde a pocos metros estaban ubicados unos tanques de oxígeno, que por fortuna no estallaron.
Sin embargo, las llamas se esparcieron rápidamente. Desde techos hasta camillas se quemaron en los pisos 2 y 3 del hospital, de donde fueron evacuadas cerca de 300 personas a otras áreas del complejo hospitalario y hacia otros centros asistenciales.
«El pánico no se apoderó de los funcionarios y los que están entrenados lo hicieron de manera perfecta», destacó el gobernador Juan Guillermo Zuluaga.
Como consecuencia de la emergencia, los servicios de urgencias y consulta externa del Hospital fueron suspendidos mientras se evalúan los daños y se rehabilita parte de la estructura afectada.
