A solo un día de que se enciendan los focos sobre la alfombra roja de la playa de la Croisette, Cannes se prepara para su gran evento del año, que en esta 77 edición viene marcado por un aviso de huelga de los trabajadores del Festival.
El llamamiento fue iniciativa del colectivo 'Sous les écrans, la dèche' -en español 'Bajo las pantallas, la miseria', un nombre que hace referencia a un eslogan de Mayo del 68- y no impedirá la apertura del Festival, pero sí podría causar "perturbaciones" durante su desarrollo hasta el 25 de mayo, de acuerdo a los convocantes.
Afectaría a todo tipo de trabajadores -desde proyeccionistas a acomodadores o trabajadores de comunicación- del Festival y de sus secciones paralelas, para protestar por la precarización de sus condiciones, en particular por el endurecimiento de las reglas de acceso a los subsidios de paro decretadas por el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron.
También piden acceder a un estatuto de empleado intermitente, similar al que existe para otros trabajadores del mundo de la cultura y del espectáculo, como artistas o modelos.
"Hace falta paciencia", admitía a EFE sobre el trabajo intermitente, este lunes en Cannes, la modelo y directora artística Fatima Sallak, comprensiva con las reivindicaciones de los trabajadores.
Por el momento, pese a todo, el Festival no se ha pronunciado y los preparativos se mantienen en marcha.
"Está bien que los trabajadores se hagan escuchar si sus condiciones son malas. Sus condiciones son más importantes que el Festival", opinaba hoy en declaraciones a EFE Nino de Arriba, estudiante de 18 años y cinéfilo que ha viajado a Cannes para el Festival gracias a un concurso para jóvenes.
Un "orgullo" para los vecinos de Cannes
A pesar de la amenaza de lluvia, la alfombra roja, de 60 metros, se desplegará sobre los famosos 24 escalones de la entrada del Gran Teatro Lumière a tiempo para la ceremonia de apertura de mañana, que estará protagonizada por la actriz Meryl Streep -recibirá una Palma de Oro de Honor- y por el estreno fuera de competición de la comedia francesa 'Le Deuxième Acte' (Quentin Dupieux).
Pero, este lunes, los 2,7 kilómetros del Boulevard de la Croisette amanecieron aún con un hervidero de trabajadores que preparan el vallado, los accesos al recinto y los cortes de circulación.
"Es un orgullo recibir a todo el mundo del cine aquí en Cannes. Es la ciudad más bonita del mundo, así que es increíble", indicó a EFE Eric Benkenoun, un parisino que tiene su segunda residencia en la villa costera y que se acerca siempre que puede al Festival.
"Nos gusta, pero no es práctico para nosotros (...) Yo no aprovecho el cine. No es que no me interese, pero para los de Cannes no tenemos oportunidad, no estamos invitados a las fiestas, es verdaderamente turístico", puntualizó Tiara Schouten, vecina de la ciudad.
Para los comerciantes, son días "duros" y de mucho trabajo, pero también muy importantes, ya que los ingresos de estos días se acercan a los de todo el verano, apuntaba por su parte Nicolas Scrocco, dueño de un puesto de bocadillos y helados en el paseo marítimo de la Croisette.
Durante el Festival, la población de la villa (de unos 74.000 habitantes) se multiplica por tres, hasta sobrepasar las 200.000 personas.
En 2023, el Festival contó con 40.000 profesionales del cine acreditados, llegados de 120 países, y con 4.000 periodistas de más de 2.000 medios.
Con esa espectacular asistencia, el impacto económico de las dos semanas del Festival (generó 204 millones de euros el año pasado) supone para Cannes la quinta parte de los ingresos del turismo durante todo el año.
Videovigilancia e inteligencia artificial
Junto a un dispositivo policial que movilizará a todos los agentes locales (unos 200 con unidades a caballo y perros) y a la Gendarmería de Cannes, la villa costera tiene desplegada la red de videovigilancia más densa de toda Francia, integrada este año por 884 cámaras, 51 más que en la edición anterior, según indicó el Ayuntamiento en un comunicado.
Además, la Municipalidad ha transmitido que, dado "el contexto terrorista actual" (Francia mantiene al máximo el nivel de vigilancia desde los atentados de Moscú del 22 de marzo), se va a experimentar con el uso de la inteligencia artificial a través de 17 de las cámaras instaladas en la ciudad.
Ese sistema permitirá reaccionar más rápidamente al detectar de manera automatizada paquetes abandonados, presencia de armas, movimiento de multitudes, personas en el suelo o el franqueo de zonas prohibidas o sensibles, entre otros elementos.
Nerea González/EFE.