El viernes 26 de julio comienzan de manera oficial los Juegos Olímpicos 2024. París, la ciudad más visitada del mundo, será la sede de uno de los eventos deportivos más importantes a nivel mundial y tiene como expectativa recibir alrededor de 11 millones de personas que no solo disfrutarán de las actividades deportivas sino de una extensa oferta cultural.
París es una de las capitales culturales más importantes del mundo, con una gran variedad de museos, teatros, parques y monumentos. Para aquellos afortunados que visiten esta magnífica ciudad, una prioridad debe ser la visita a sus museos. El Louvre, un antiguo castillo, es el más famoso de los museos, en parte por su tamaño y su extensa colección, pero también por su más reconocida obra, La Gioconda o como es conocida popularmente, La Mona Lisa. Esta obra llegó a Francia por primera vez en 1518 cuando el rey Francisco I se la compró a Leonardo Da Vinci.
Si bien, esta es la obra más visitada del Louvre, en el museo hay mucho más por ver. Su sección de esculturas grecorromanas es impresionante y cuenta con la también célebre Venus de Milo. Adicionalmente, las salas enfocadas en la antigua Egipto son extraordinarias, así como lo es su sección de arte francés en la que se destacan reconocidos artistas como Delacroix y Géricault.
El Louvre está a pocos minutos caminando de los museos de la Orangerie y de Orsay. Estos museos son más pequeños, pero no por eso menos valiosos. En el Museo de la Orangerie se podrán encontrar obras de Picasso y Modigliani. Sin duda, son las exposiciones permanentes de los Nenúfares de Monet y del artista norteamericano Robert Ryman, las joyas de este museo.
Por otro lado, en el museo de Orsay, los visitantes podrán disfrutar de un gran reparto de artistas del Impresionismo como: Claude Monet, Édouard Manet, Courbet y Vincent van Gogh. Obras mundialmente conocidas como La noche estrellada de Van Gogh y Las Amapolas de Monet, están exhibidas permanentemente para ser apreciadas por los millones de visitantes que recibe el museo año tras año. Todos estos museos están muy cerca del Jardín de las Tullerías, el primer jardín público de París y un lugar verde donde se puede caminar rodeado de imponentes estatuas.
Los costos de estos museos varían, y si bien hay unos más costosos que otros, el rango de precios está entre los 12 y los 24 euros, también hay museos y actividades que se pueden visitar de manera gratuita. Un ejemplo de esto es el Petit Palais, el cual está abierto sin costo de entrada. Este museo se encuentra ubicado a pocos metros del Puente Alejandro III, una emblemática construcción con acabados del estilo Beaux Arts y que también está cerca al complejo arquitectónico Los Inválidos, sitio donde se encuentra la tumba de Napoleón Bonaparte.
Si bien, París es mundialmente reconocida por sus museos, no es la única actividad cultural que uno puede hacer. Su arquitectura no tiene comparación y sus iglesias góticas han servido como fuente de inspiración para un sinfín de artistas a lo largo de la historia. Sainte Chapelle, Sacre Coeur, Saint Eustache y la Catedral de Notre Dame son algunas de las que vale la pena visitar aunque, esta última, sólo podrá ser apreciada desde afuera, debido a que se encuentra bajo reparación tras el incendio que sufrió en 2019. Se espera que vuelva a abrir sus puertas en diciembre de este año.
Además, la ciudad cuenta con grandes monumentos, desde la mundialmente conocida Torre Eiffel, construida con motivo de la Exposición Universal, un evento que se hizo en 1889 para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa, hasta el Arco del Triunfo, otra construcción que conmemora a todos aquellos que perdieron la vida durante la revolución francesa y las guerras napoleónicas.
Gastronomía
Una de las grandes ofertas que tiene París por ofrecer es su gastronomía multicultural. Los inmigrantes han traído con ellos sus diversas tradiciones culinarias y las han puesto a disposición de la ciudad. En la capital francesa hay una excelente oferta de comida vietnamita, china, japonesa, tailandesa e italiana entre otras. No obstante, es aquí donde también se concentran todas las gastronomías de las distintas regiones francesas, probando ser un destino gastronómico que combina las tradiciones con lo avant-garde.
La capital francesa es la ciudad más visitada del mundo y no es difícil darse cuenta del por qué. Las actividades culturales que ofrece a sus visitantes son ilimitadas, su arquitectura ha perdurado con el tiempo, su gastronomía es mundialmente reconocida pero, sobre todas estas cosas, en París se respira la historia humana. Francia ha sido protagonista de la historia humana y se han esmerado para mantenerla vigente.