En la víspera de un comité interministerial dedicado al turismo en las Juegos, el Ejecutivo calcula que, si se excluyen las entradas para las competiciones, esos visitantes dejarán en la región 3.500 millones de euros.
Una cifra que puede compararse con los 5.400 millones de euros obtenidos en la región de Ile de France, donde está París, gracias al turismo en una temporada estival completa, del 1 de julio al 15 de septiembre.
Un 86,7 % de los visitantes durante los Juegos serán franceses y los alrededor de 1,5 millones de extranjeros suponen una cifra similar a la que la región de París recibe en un verano normal. Los más numerosos serán los británicos, los estadounidenses y los alemanes.
Las autoridades francesas calculan que cada día durante el periodo de los Juegos habrá que transportar hasta los centros de competición a 800.000 personas, de los cuales 600.000 serán espectadores y los otros 200.000 personas acreditadas.
El gabinete del primer ministro, Gabriel Attal, insiste en que "no hay ninguna inquietud" sobre el interés de los turistas por los Juegos Olímpicos.
También incide en que se van a reforzar la seguridad con mayor presencia policial en las 20 zonas de mayor interés turístico de París y del departamento limítrofe de Seine Saint Denis.
En el transporte público se multiplicarán por siete las patrullas de agentes.
Los primeros datos del comportamiento del turismo en Francia este año son favorables, con un incremento de los ingresos por los visitantes internacionales en enero y febrero del 14 % respecto a ese mismo periodo de 2022 y del 24 % si se compara con 2019, hasta 7.700 millones de euros.
El tráfico internacional de aviones con Francia como destino se ha incrementado un 8,7 % en el primer trimestre respecto a ese mismo periodo en 2023.
Durante los Juegos, se espera que el número de pasajeros aéreos internacionales que lleguen a París crecerán un 22 % respecto al pasado año.