El hombre de cine cartagenero, nacido en Italia, encontró a sus 82 años, una manera de agradecerle al país que lo acogió: el proyecto Corazón Contento, que resultó una buena excusa para repasar su vida en unas cuantas escenas.
POR: ANAMARÍA VÁSQUEZ CARO
Periodista de Alternativa
FOTOS: Manuel Pedraza
Salvatore Basile Ferreira, el polifacético actor, productor, guionista y “fotógrafo de matrimonios y bautizos”, ha pasado a ser uno de los más grandes líderes cívicos de Cartagena, con proyectos muy bonitos, pero difíciles de sostener en la ciudad.
Desde 2018 organiza comedores para los niños desprotegidos de algunos de los barrios más deprimidos de Cartagena: Arroz Barato, Chucha Mojada y Vista Hermosa, cuya calle principal se llama Polvareda.
Salvo, como todos lo conocemos, se ríe estruendosamente cuándo menciona estos nombres tan raros para el oído de sus vecinos. ¿Por qué “Corazón Contento”?, le preguntó. “Por aquello de “barriga llena, corazón contento”, me contesta.
Alrededor de 400 niños se favorecen con almuerzos calientes y balanceados, de lunes a sábado, además de desarrollo integral, clases de lectura dinámicas, baile. Y les ha organizado olimpiadas de lectura en las que quienes ganen tienen para el primer puesto 100.000 pesos, para el segundo $50.000 y para el tercero $25.000, no en dinero, sino en ropa y útiles escolares. Pero no son suficientes las donaciones.
DE DÓNDE SALE ESTA IDEA
“Tengo unos primos en Italia, que siempre me informan que está pasando en el Viejo Mundo. Una vez me hicieron llegar la noticia de que en Francia a los supermercados les prohíben botar la comida que les quede al finalizar la semana. Se la tienen que dar a las fundaciones y les tienen que ayudar en la manipulación para escoger lo mejor. Basándome en esa noticia, escribí una columna en El Tiempo y la titulé “La guerra del hambre”. El padre Daniel Saldarriaga, director de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco), me llamó y me dijo: ‘Leí tu artículo, ven a trabajar con nosotros’. Tomé las riendas del Banco de Alimentos de Cartagena y me volví asesor de comunicaciones de Abaco. “En la primera salida fui a una casa escondida, llena de mujeres golpeadas por sus maridos. Nadie sabe dónde está porque si no, llegan los maridos a seguir ‘cascándolas’. Y luego a una ludoteca: quince niñitos sentados en el piso, sin un libro, sin un juguete, esperando… (se le llenan los ojos de lágrimas). Llegué al cuarto de mis nietos aquí en mi casa y seleccioné 40 juguetes. Ni siquiera se dieron cuenta. Regresé a la ludoteca y en ese instante comenzó mi historia del revivir del barrio Los Campanos. Primero 70 niños, luego 150, luego 250 y ahora vamos en un poco más de 300.
“Tenemos varios comedores: en Nelson Mandela, en Vista Hermosa y en El Pozón, entre otros. Contamos con una bodega, en donde se hace el acopio, y una cocina gigante y bien dotada. María Clara Palau, de Cali, me acaba de regalar una tonelada de arroz; Roberto Pombo, cada mes me manda 500 kilos de lo mismo. Enrique Santos, mi mejor amigo, me envía $600.000 mensuales. ¡Qué man tan duro, podría consignar mucho más que eso (risas). Él y Julito Sánchez se toman botellas de vino de 1.600 dólares y a los pobres les mandan $600.000. ¡Tienen ‘huevo’! (más risas).
“Los turcos de aquí han sido solidarios. Tadeo Murra me regaló $10 millones hace una semana. Simón Beetar, todos los meses me manda un bono de un millón para comprar en los almacenes Éxito. Por su lado, las Megatiendas donan $500.000 mensuales. Eugenia Arango me consigna todos los meses otros $500.000. Mauricio Rodríguez, cuñado de Santos, donó 120 libros”.
JACKIE
Nacido en Nápoles (Italia), en 1940, Salvo llegó a Colombia a los 27 años y se quedó porque se enamoró locamente del Corralito de piedra y de una cartagenera con quien lleva 52 años de casado. Conoció a Jacqueline Lemaitre el día que en un club de Cartagena le daban un cóctel de recibimiento a todos los integrantes de la película Quemada, con Marlon Brando como protagonista. En una mesa estaban sentadas varias jovencitas pertenecientes a importantes familias de la región que querían ser extras. Él tomó prestada una cámara y las enfocó. De pronto la vio. A través de un lente de 135mm, se quedó mirándola: “Mierda, parece napolitana, y hasta virgen tiene que ser”, dice desternillado de la risa. “Y así era, pero no le duró ni tres días la virginidad”. Se casó con Jackie y hoy tiene dos hijos y dos nietos, y está a punto de cumplir 82 años.
Hace poco le apareció un hijo, de 30 años, Mateo. Cuando lo vio, se quedó mudo.”Es tan parecido a Gerónimo que no podía creerlo”. Hecha la prueba de paternidad, esta dio 99,99% de compatibilidad. “Si hubiera sido antes, mi mujer me bota de la casa, pero Jackie lo trata como si fuera otro de sus hijos”.
TRISTEZA, NOSTALGIA, ALEGRÍA
Luego de dar varias brazadas en la piscina de su edificio, sale del agua y es entonces cuando vemos que en sus 1,92 metros de estatura solo tiene un poco de grasa en la panza. Se mantiene sano, firme, esbelto, muy bronceado, y camina con agilidad.
Luego se asoma a la ventana de la sala, miramos el mar insondable que está enfrente de nosotros y le preguntó: Dónde queda Nápoles, señálalo. Se queda pensativo, se le agolpan todos los recuerdos de una sola vez: “Queda aquí, en mí”, y se toca el corazón.
“La última vez que estuve fue hace nueve años. Allí todavía están mis hermanas, mis sobrinos-nietos y otros familiares. De vez en cuando vienen a visitarme, cuando saben que los extraño. Gracias a la tecnología, casi todos los días hablo con ellos”.
¿Qué te produce tristeza? “Ver como los cartageneros nos hemos tirado la ciudad en estos últimos 50 años. Si lo analizas mejor, nos hemos tirado el mundo. Cartagena era una ciudad mágica, misteriosa. El centro hoy parece Disney World. Todo se ha perdido en aras de un inútil ‘progreso’. Tenemos que reivindicarnos con nuestra amada Cartagena, que es la ciudad que miran los extranjeros y cuando llegan dicen: ‘¡Qué porquería!’”
¿Qué te produce nostalgia? “Mis nietos, que se fueron a vivir a Miami con su madre y el nuevo esposo de ella; mis hermanas y mis sobrinos-nietos en Italia”.
¿Qué te produce alegría? “La gente bacana, las mujeres bellas, Cartagena, el vino, la buena mesa”.
¿Qué político colombiano? “Luis Carlos Galán. Mi gran amigo, como un hermano. ¡A los 24 años, ministro de educación! Ah, cuando venía a Cartagena se bajaba en el Hotel Caribe. Me llamaba a mí y a otros 4 amigos, y lo íbamos a visitar. Julio Sánchez lo ayudó mucho. Cuando lo mataron nos asesinaron también a nosotros. Nos quitaron el alma, la esperanza, el futuro”.
¿Qué metida de pata? “En 1994 estaba haciendo la telenovela Café, con aroma de mujer, en donde interpretaba a Gian Carlo. Imprudentemente comenté que el guion era pésimo delante de Pepe Sánchez y otros actores. Se lo contaron a Fernando Gaitán, el guionista, y a la semana mi papel salió del aire”.
¿Qué te produce risa? “La marihuana”. Me quedo mirándolo y veo que en su mesa, al lado del sillón en donde lee, ve TV y hace siesta, hay un paquete con la hierba, la dosis personal permitida.
Y continúa… “Voy a Cali, próximamente, como asesor de comunicaciones de una compañía de marihuana terapéutica”. ¿Vas a ser imagen de esa empresa? “Creo que sí”, responde con precaución. Siente que cometió una infidencia. También visitaré al Señor de los Milagros de Buga, mi santo milagroso.
Además de actor, productor y columnista ha sido modelo de detergentes, de pastas, etc., y ahora es asesor de una empresa de cannabis. “Te juro que voy a llegar a los 100 años, dando lora y fumándome mis porros”.
‘NO HE PODIDO SER FIEL’ “Solo he amado a una mujer en mi vida , pero no he podido ser fiel”. Esta frase me golpea fuerte. Me doy cuenta de que es mucha el agua que ha pasado por debajo y por encima de esta pareja de cine. Salvo mira de reojo a ver si su esposa llegó, ella aún está nadando. Entonces se atreve a decirme: ”Nunca he podido ser fiel. Mujer que yo haya deseado, ha sido mía. Una vez en una filmación me acosté con tres de las mujeres más importantes de la producción. Jackie siempre se ha hecho la de la vista gorda. Me descubrió dos veces, una con la negra más bella, en la película Cobra verde, filmada en Ghana (África), con Bud Spencer. Y luego, en una filmación en Italia me enredé con una de las actrices protagónicas, y Jackie agarró un avión y fue a buscarme, muy enfadada. La actriz era heroinómana y yo estaba en peligro. Jackie me salvó la vida”.
DE NIRO
Con Robert De Niro, con quien mantiene cercanía, hizo varias películas: “En ‘Érase una vez en América’, de 1984, era un mafioso. Con De Niro, íbamos adonde las putas, metíamos cocaína y frecuentábamos a todos los mafiosos de Nueva York. Luego hicimos ‘La Misión’. Aquí De Niro es un cura y el cambio fue drástico: solo metíamos de vez en cuando una marihuanita suave. De Niro venía a mi pueblo a dormir, en la Sierra Nevada de Santa Marta, Es un grandísimo personaje”.
MARLON BRANDO
La ventaja de la pandemia, según Basile, es haber redescubierto la lectura y utilizar los medios electrónicos para hacerlo. En su kindle está leyendo “El hombre que hablaba de Marlon Brando”, de John Jairo Junieles, reconocido escritor colombiano. “Recomiendo que lo lean. Yo aparezco en el libro porque le di a JJ varios tips de lo ‘hijo de tantas’ que era Brando. De alguna manera, creo que el escritor se mimetizó en la piel del protagonista del libro. Brando era terrible, por no decir otra cosa. Era una mala persona, era ‘mala leche’”.
MATATIGRES EN ‘LA ESTRATEGIA’
De los directores de cine con los cuales te ha tocado trabajar, ¿quién es el que más te ha impactado? “Un colombiano, Sergio Cabrera. Hice con él la película más importante del cine colombiano, La estrategia del caracol, en 1993, una comedia sobre la solidaridad, la dignidad y la libertad. Yo era ‘Matatigres’, un matón de miedo, y Carlos Vives, un periodista. Un elenco artístico de lujo: Florina Lemaitre, Frank Ramírez, Vicky Hernández, Humberto Dorado, Víctor Mallarino, Rodrigo Obregón, Edgardo Román, Delfina Guido, Luis Fernando Montoya, en fin. Obtuvimos muchos premios a nivel internacional. Fuimos los primeros en la taquilla por mucho tiempo. Se recaudaron miles de millones de dólares, y es la que más satisfacciones me ha dado. ¡Qué gran producción!”.
‘ALTERNATIVA’ AYER
“Esa gente, todos de izquierda: Enriquito, (Enrique Santos Calderón) Gabo (Gabriel García Márquez), Fals Borda, Antonio Caballero (recientemente fallecido), Roberto Pombo, tenían un cuarto, una sala, en donde se reunían y hablaban de esta vida y la otra. Yo a veces me reunía con ellos. Un día llegué con una maleta grande de cuero, con tres cámaras de alta gama, que supuestamente se las habían robado a Dino de Laurentis en su filmación de ‘Los dos Misioneros’, una superproducción de Hollywood, y el seguro las pagó, las dejaron en mi oficina y yo supuse que eran mías”.
“Estaban en un Consejo de Redacción, entré sin avisar y les tiré sobre la mesa las tres poderosas cámaras. Esos ‘hijuetantas’ nunca lo reconocieron. Es más, nunca me dieron las gracias y se quedaron con ellas. También publiqué fotos en esta revista de aquellos años, casi todas de Cuba, cuando fui enviado por parte de Cromos, con Bernardo Romero y Pacheco, luego de que Colombia reanudara las relaciones con Cuba.
‘EL CINE ES MI HISTORIA’
“Mi historia es una historia de cine. Yo comencé haciendo teatro griego, pero mi fascinación es, ha sido y siempre será el cine. La mía es la historia de dos vidas. Llegué a Cartagena a los 27 años y volví a nacer. Aquí tuve una nueva familia, aquí me consideran de la casa, jamás me he sentido extranjero a pesar de mi marcado acento italiano. Por eso amo a Colombia, a Cartagena. Por eso lo que estoy haciendo con mi fundación es devolver un poco de lo que tanto he recibido de este país y de esta ciudad”.