Por: María Angélica Pumarejo
El año pasado, en 2022, la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Filbo, registró una asistencia notable de cerca de 517 mil personas durante los quince días de exposición. Mil quinientos eventos y más de treinta países de procedencia de los invitados internacionales.
La Filbo reabría luego de dos años lejos del público como consecuencia de la pandemia. Pero tal vez la cifra más alentadora fue la de las ventas de libros, que subió en 25 % respecto al 2019, lo cual representó lo que podemos ilustrar como una sacada de pecho de las editoriales, una recuperación indispensable para un sector que durante la pandemia sufrió en Colombia un 16.1 % de caída en las ventas, y despidos de alrededor del 25.1 % de trabajadores de todos los roles de la línea editorial.
Luego, vendría la escasez de papel, pero en medio de esto los libros siguieron dando la pelea y el comercio electrónico y el despacho a domicilio, que hasta entonces solo había sido implementado por librerías grandes en nuestro país, sumó cifras importantes y una nueva manera de que los libros llegaran a las casas y a los lectores.
Ha sido también notable el fenómeno de las editoriales independientes y de las académicas que han venido haciendo un trabajo serio, de coedición cada vez más acertada, con una visión de títulos que responden no solo a la investigación, a la sistematización de saberes o la elaboración académica, sino muy especialmente a la coyuntura.
Ahí aportan las editoriales académicas como ninguna otra a la visión de cualquiera de los grandes temas contemporáneos. Las independientes y las académicas son un universo que ha florecido para siempre, para decirlo como merecen, al entender que el libro no es exclusivo de los grandes sellos y que el país tiene mucho que decir en materia editorial.
Un lugar de encuentros y desafíos
La Filbo es el espacio más esperado para el encuentro alrededor del libro y el conocimiento. Los lectores saben que se encontrarán con millares de títulos y también con los autores de los mismos. Allí pueden comprar lo que necesiten o quieran, encontrarán novedades, y sobre todo, habrá conversación tendida sobre el mundo de la literatura.
Cada vez más recae en manos de los autores llenar sus propias presentaciones, ya casi ni corresponde a su sello editorial, y son los escritores los que tienen que garantizar un público decoroso cuando presentan su nueva obra.
Esto constituye un desafío mayor, pues ya no sólo se trata del enorme trabajo de la creación y la escritura, sino ahora el de la autopromoción, la búsqueda de los contactos que tienen algún espacio en medios para que se publique una reseña, incluso la venta. Y en la feria, en estos pocos días, por la concentración y el eco que se espera de la misma, es inevitable que este fenómeno sea palpable, así como el de los altos precios a los libros en Colombia. Leer en el país no es solo un asunto de interés o de placer, es un asunto de poder pagar los libros.
“No podemos dejar atrás la enorme cultura del libro en México y el poder que tiene. La exquisitez de su mundo intelectual, con autores primarios para el mundo de habla hispana y para el pensamiento contemporáneo”
México repite invitación
El país invitado de honor para esta versión número 35 que se llevará a cabo del 18 de abril al 2 de mayo, será México, que repite invitación por tercera vez luego de los años de 1993 y 2009. México se tomará entonces el pabellón especial con escritores, editores, distribuidores y libreros para participar en la agenda cultural, académica y la rueda de negocios.
Esta participación estará organizada por el Fondo de Cultura Económico y la Secretaría de Relaciones Exteriores, con “El lema de México es Raíces y encuentros: por un futuro de paz para nuestra América”. Con una delegación de un centenar de personas, el país Azteca realizará actividades en torno a la conmemoración de cuatro hitos fundamentales en la historia del país: los doscientos años de la firma del Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua entre México y Colombia; los cien años del muralismo mexicano; los noventa años de la fundación del Fondo de Cultura Económica; y los cien años de la muerte de Pancho Villa.
No podemos dejar atrás la enorme cultura del libro en México y el poder que tiene. La exquisitez de su mundo intelectual, con autores primarios para el mundo de habla hispana y para el pensamiento contemporáneo, amén de una tradición crítica en materia literaria, que al día de hoy sigue sitúando a los críticos como los grandes exponentes del panorama de las letras. México tiene la fama de ser un país en el que los escritores se leen mutuamente y reflexionan acerca de la literatura en un ejemplar ambiente de generosidad entre ellos, que sin duda les abre puertas a diario en el resto del mundo.
Figuras de la versión 35
Nuccio Ordine
El autor de La utilidad de lo inútil, insiste en esta obra en poner evidencia una idea de utilidad de ciertos saberes, los que corresponden al arte, cuyo valor esencial es del todo ajeno a cualquier finalidad utilitarista. Como es propio de un pensamiento consecuente y elaborado que gira a lo largo de su obra, compuesta por una docena de libros, sobre los mismos temas y también sobre su aplaudido estudio del Renacimiento y el universo de Giordano Bruno. Ordine es una de las voces más respetadas en la actualidad, muchos reconocen su enorme valor en estos tiempos de crisis donde se ha perdido el verdadero sentido detrás de la consabida productividad que nos aleja de la lectura de los clásicos o de la comprensión del arte en tanto parecen no representar nada útil. Calabrese, nacido en 1958, ensayista y académico, este autor tiene a su haber un ensayo titulado Los retratos de García Márquez, publicado por la Universidad San Buenaventura de Cali, en donde establece una relación entre la identidad y la diferencia a propósito de una exposición de pinturas de Franco Azzinari dedicada enteramente al Nobel en 2011 en La Habana.
Djamila Ribeiro
Estudiosa de Simone de Beauvoir y de Judith Butler, esta filósofa, escritora y activista brasileña es una de las voces negras más importantes del feminismo, el racismo y el tema de género, así como una figura fundamental dentro del movimiento negro en Brasil y en América Latina. Mediante su activismo, sus columnas de opinión, su cátedra y sus libros ¿Qué es un lugar de habla? (2016) ¿Quién le teme al feminismo negro? (2018) y Pequeño manual antirracista (2019), Ribeiro llama a la reflexión sobre la necesidad de repensar la estructura social y los prejuicios raciales mediante la promoción de un trabajo integral y multidimensional para estas problemáticas.
Es coordinadora del sello Sueli Carneiro y de la colección Feminismos Plurales, así como profesora del departamento de periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo y columnista del diario Folha de Sao Paulo y la revista Elle, entre otros medios. Lideró la Secretaría Adjunta de Derechos Humanos en la ciudad de Sao Paulo en 2016. Asimismo, fue condecorada con el Prince Claus Awards (Países Bajos) de 2019, y ha sido estimada por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo.
Bernardo Esquinca
Es uno de los escritores que trae la delegación mexicana. Nacido en Guadalajara es considerado hoy en día como uno de los grandes exponentes de la llamada “ficción de lo extraño” que tiene su mayor despliegue en la saga Casasola, cuyo protagonista un periodista de crónica roja desentraña los casos en las cuatro novelas que componen la saga: La octava plaga (2011), Toda la sangre (2013), Carne de ataúd (2016) y finalmente Inframundo (2017). Esta saga ha sido celebrada ampliamente por la crítica, que reconoce en ella un thriller contemporáneo de gran altura. Premiado también con su novela Belleza roja por el diario Reforma como la mejor ópera prima en 2005 y en 2017 Premio Nacional de Novela Negra por su obra Las increíbles aventuras del asombroso Edgard Allan Poe, Esquinca se define como un escritor fiel a sus obsesiones, las cuales cimientan sus obras de manera determinante: la violencia, el terror, la exploración de los submundos, los lados oscuros de la sociedad y lo sobrenatural.
