La literatura brasileña es, para el resto de Latinoamérica, la más lejana. Esto por la distinción de ser el país más grande de esta región que no es de habla hispana. Sin embargo, no quiere decir que no hayan grandes escritores brasileños reconocidos y traducidos al español. Jorge Amado, Carlo Drummond de Andrade y Clarice Lispector, son algunos ejemplos históricos de las letras en la tierra del fútbol y la samba.
Este año, desde el 17 de abril y hasta el 2 de mayo en Corferias, se realizará la edición 36 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, la cual tendrá como país invitado de honor a Brasil y por ende a su vasta e interesante literatura.
“En el pabellón de Brasil, se podrán encontrar diversos libros, tanto icónicos como emergentes, exposiciones artísticas que resaltarán la temática de la naturaleza, charlas y presentaciones con escritores”
El pabellón dedicado a Brasil, cuya extensión es de 3.000 m2, se ha construido bajo el lema Lee la naturaleza y tiene por intención ofrecer a los espectadores un programa diverso cuyo objetivo es construir de manera cohesiva un puente entre la naturaleza, la cultura y la literatura. A través de este puente, se abordarán conversaciones sobre la herencia que han dejado los diversos biomas al pueblo brasileño y mediante las páginas de su literatura nacional, tanto consagrada como emergente, entender las vicisitudes de sus ecosistemas, especialmente el de la región amazónica la cual comparte con Colombia y que es el pulmón del mundo.
Esta oda a la naturaleza se vuelve aún más relevante cuando se tiene en consideración la reciente conmemoración que se le hizo a la novela colombiana La vorágine de José Eustasio Rivera, la cual también tiene por protagonista la naturaleza y específicamente la región amazónica. Aún más, y como parte de la conmemoración del centenario de La vorágine, estarán invitadas Margarita Serje y Erna von der Walde, las cuales no sólo son las curadoras de la exposición pertinente al libro, sino que también son las autoras del libro La vorágine, una edición cosmográfica, publicada en conjunto con la Universidad de los Andes este año.
En el pabellón de Brasil, se podrán encontrar diversos libros, tanto icónicos como emergentes, exposiciones artísticas que resaltarán la temática de la naturaleza, charlas y presentaciones con escritores. Todo esto con el fin de enriquecer el diálogo y llegar al público de distintas maneras.
Para nutrir en mayor medida este diálogo existente entre la literatura y la naturaleza en el contexto específico del país invitado, se destacarán las narrativas afrobrasileñas y las cosmovisiones indígenas que juegan un papel fundamental en la forma en la que se entiende la naturaleza. En consecuencia, con esta temática de la naturaleza, se contará con la participación de numerosos expertos en diversos campos pertinentes a ella. Un ejemplo de esto es la participación de Mauricio Díazgranados, el colombiano que ejerce como director científico del Jardín Botánico de Nueva York y que es considerado la máxima autoridad a nivel mundial en frailejones o Santiago Burete, antropólogo, filósofo español que centra su obra en la convergencia existente entre la filosofía y la naturaleza.
Otros invitados
Si bien, hay más de 120 invitados, y muchos de ellos se centran en la temática principal de esta edición de la FILBo que es la naturaleza, hay algunos grandes invitados que son expertos en otros temas. Santiago Posteguillo, el cual es mundialmente reconocido por sus novelas centradas en la antigua Roma. Otra mención importante es la de la escritora y periodista ganadora de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Rosa Montero, reconocida por su obra La hija del caníbal y más recientemente por el éxito obtenido con su obra titulada El peligro de estar cuerda.
Más allá de la literatura, la cultura y el arte, el pabellón de Brasil en la Feria del Libro contará con artesanías típicas y una oferta gastronómica tradicional brasileña que incitan a los presentes a ser partícipes de una inmersión profunda en la cultura y el país, conociendo así de mejor manera su diversidad y, por ende, dándoles una mayor capacidad de comprensión de su entorno. Una vez más, la FILBo hace una invitación, pero, más importante todavía, provee a sus visitantes la posibilidad de sumergirse en una cultura nueva y de explorar el mundo por medio de los libros.
Con esta nueva edición de la FILBo se cumplen 36 ediciones de lo que es la feria del libro más importante de Colombia y la segunda más grande de América Latina, prueba de esto la magnitud de sus invitados. Esta feria tiene por objetivo el dar un mayor acceso a la literatura, fomentar el debate y la reflexión, impulsar a todos los sectores del gremio literario y proveer a los colombianos con un escenario cultural como pocos otros, lo que hace un verdadero privilegio el contar con espacios de tal magnitud que hacen valer los derechos culturales de los ciudadanos. El aprovechamiento de este espacio debería ser de la más alta prioridad para los colombianos y más aún, cuando es utilizado, no sólo, en pro de la cultura y la literatura sino también, en pro del planeta. Al final, el lema Lee la naturaleza no habla exclusivamente de Brasil o de Colombia también, de nuestra responsabilidad con el planeta y con el cuidado de sus ecosistemas.
