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arte

Literatura: la intimidad con la vida

Escritora – crítica literaria

El pasado 25 de diciembre Maruja Vieira se encontró de frente, lúcida y más poeta que nunca con sus cien años. La poeta centenaria ha sido una voz primaria de las letras colombianas y en lengua española. Ha dejado miles de versos, todos juntos como un ancla de nuestra tradición poética, o como una montaña bravía de la Manizales que la vio nacer en 1922.

En 1947 publica su primer libro titulado Campanario de lluvia. Un poemario pletórico de amor, donde ya se entiende con los universales de la poesía. Allí reconoce su voz como canción que va a parar en arroyuelo. La poesía corre, esencial y necesaria como el agua, no se detendrá nunca, sabe “con segura conciencia/que su sagrado cause lo lleva lentamente/hacia la lejanía sin fin de/un mar intenso”, tal como expresa en el poema Arroyuelo. Ha trazado su destino, lo ha decidido y lo ratifica en Promesa: “Está mi voz creciendo en la primavera buscando bajo tierra/el júbilo del agua, el trigo y la violeta”.

Ya era imparable, se vio desde entonces y hasta hoy tejiendo su personalidad y sus emociones, toda su vida, con el mundo hecho verso.

Los Poemas de enero, mi favorito, publicado por Ediciones Espiral que dirigía Clemente Airó y con carátula ilustrada por el español, está dedicado a su padre. Escrito con sencillez, como toda su obra poética y con la libertad que desde Campanario de lluvia había ya mostrado, estos poemas son propios de una mente que escarba en las honduras del alma, en la memoria, en la contemplación. Nos dice en la última estrofa de Como el partir de un barco: “Las horas vuelven otra vez, iguales/ Todavía hay caminos con rosales y pájaros/ y los viejos martillos clavan maderas nuevas/ La muerte en nuestra casa cumplió su fiel palabra/ Todo fue tan sencillo como el partir de un barco”. En Recuerdo de la escuela vuelve a estremecernos: “La vida era una mano que me esperaba afuera y una cabeza blanca, llena de sueños altos. Era mi padre. Íbamos juntos. Era el mundo. No había más en las trémulas soledades del alma que su paso ya lento, su voz dulce y antigua y el tiempo azul, que araba la tierra de mi infancia”.

Bautizada como Maruja Vieira por Neruda, prologada por Baldomero Sanín Cano, contertulia en el Automático de De Greiff, ha mantenido en su escritura su relación con el mundo y con los otros, dejándonos saber no solo su pensamiento moderno, sino también sus afinidades y su definición por las causas más nobles.

En Tiempo de vivir, una selección de poesías escritas entre 1985 y 1990, nos da buena cuenta de esta sensibilidad. Entrega su pluma a la muerte de personajes extraordinarios; el poema sobre Felisa Bursztyn es poderoso, nos lleva a ovillarnos a los pies de la escultora perseguida por el Estatuto de Seguridad de Turbay Ayala y posteriormente exiliada.

Vieira sabe que la artista “no tenía miedo de la muerte/ ni del amor/ pero la horrorizaba la violencia”. También nos hace testigos del momento mágico en que se encuentra con Byron en Venecia: “En sombrío monólogo/ habló el ángel maldito/ de la poesía británica/ No supe qué decía —era el inglés de mis antepasados— De repente/ resonó una campana/ y las calles desiertas/ se poblaron de risas y de cantos”. Se cierra este poemario con un poema como verdad, titulado Burocracia, que bien conocía porque fue una trabajadora incansable: “Llega un día/ en que tu mayor aspiración —tal vez la única— es que todos los relojes/ del mundo/ se olviden de marcar/ la hora/ y puedas —como en la canción de Serrat— no ir a trabajar/ y no tener/ que inventar excusas”.

Ya dije que son miles de versos los escritos por Maruja Vieira, más de 20 libros, apenas he dado cuenta brevísima, pero sé que pasarán otros cien años y luego otros y otros encontrándola en las páginas, devolviéndola en la memoria, celebrándola, agradecidos de su poesía como expresión definitiva de la intimidad con la vida y su pálpito segundo a segundo.

Celia se pudre

La tercera edición de la gran obra de Héctor Rojas Herazo, Celia se pudre, fue tal vez el mejor libro que vimos en Colombia en el 2022. Un esfuerzo notable de la Fundación IriArtes por actualizar (pues se editó esta vez en cuatro tomos para hacer más atractiva su lectura) la presencia del tolueño para las nuevas generaciones. Celia es enorme en su palabra, en su narrativa que rompe todos los esquemas y en su visión del hombre, del mundo y de todo lo que en él habita.

Antología de poetas colombianos

Dieciocho autores de gran fuerza y variado estilo son noticia en el último libro de la colección Respirando el verano de la editorial Domingo Atrasado. Es una muestra de la buena poesía que se escribe en el país, de grandes voces que se han dado a la tarea a lo largo de su obra de responder al valor y al significado de las palabras, a la precisión de la imagen, a la contención, a la musicalidad, a toda una expresión estética que atrapa el sentido.

Juana Acosta//La Fianza//Cine//Arte y Cultura// Juana Acosta

Así es 'La Fianza' la nueva película de la colombiana Juana Acosta


Cop16

Carnaval de Negros y Blancos y concierto marcan inicio de la Zona Verde en la COP16


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Me hago responsable y me doy cuenta que tengo mucho que aprender: Karol G