De la mano de Gloria Saldarriaga como editora y a través del lente del fotógrafo Andrés Oyuela, este proyecto busca dejar huella en la memoria, en el papel, en el tiempo. Un impreso que se pregunta por el peso de la moda y su paso.
Por Ana Beliza Mercado/ Editora de moda @anabelizam
Un parón, un llamamiento, un interrogante constante. Esta es la reflexión de la primera edición de Manifiesto cuatro, un impreso de moda que busca dejar en evidencia la importancia del diálogo alrededor de la moda circular y de la memoria. Inspirada en el trabajo realizado por su colega Carolina Obregón en la Universidad de los Andes y el reto de la ONG El Transformador —que les propuso a un grupo de estudiantes y diseñadores hallar una solución frente a los 360 000 uniformes de dotación que la Policía Nacional desecha año tras año—, Gloria Saldarriaga decidió poner en acción su formación académica como diseñadora gráfica y, con la ayuda de un estudio de diseño llamado Tangrama, darle vida a la idea de Manifiesto cuatro.
Este impreso busca dejar huella en la memoria, en el papel, en el tiempo. Un impreso que se pregunta por el peso de la moda y su paso. Una huella visual como el simbolismo de las tijeras —que vienen y van a lo largo de la comunicación de la edición—, se utiliza para preguntarse: ¿hasta cuándo habrá más tela para cortar en nuestra industria? El ejercicio de la Universidad de los Andes que sedujo a Gloria consistía en darle una segunda vida a estos uniformes.
Andrés Oyuela, representante del talento local en la ciudad de Nueva York y fotógrafo de moda con una trayectoria bellísima, fue la elección ideal para traer las imágenes a la vida. “Primero, Andrés Oyuela tiene un vínculo muy cercano con la Policía Nacional, pues su madre fue parte de la institución; por eso, esta edición está dedicada a ella”, cuenta Saldarriaga. La Toya Montoya participó como modelo de la publicación, debido a su estilo de vida coherente, ligado a unos hábitos responsables y educativos frente al ambiente y su cuidado. Por último, las miradas de William Cruz y Miguel Mesa complementan uno de los primeros impresos independientes de moda.
Fueron diecisiete diseñadores cuyos nombres, estoy segura, ya conocen. Los responsables de intervenir estos uniformes y darles una nueva vida fueron: María Luisa Ortiz, Olga Piedrahita, Laura Laurens, Jorge Duque, Hernán Zajar, Kika Vargas, Johanna Ortiz, Atelier Acevedo, Josefina Muñoz, Julián Ruiz, Pájara Pinta, Kupa, Judy Hazbún, Beatriz Camacho, Diego Guarnizo, Paloma y Angostura, Wonder for People y Santiago Romero.
El ejercicio editorial de retratar el trabajo realizado por Obregón está cosido a mano. Cuenta con un formato amplio y cómodo para la vista y está disponible en español y en inglés, una cualidad especial para ser una publicación local. Manifiesto cuatro es un ejercicio nostálgico y precioso que muestra la materialización de una idea fluctuante de distintas mentes de la moda. También es un llamado a la inquietud, al cuestionamiento, a querer ver y hacer más por un sector que lo merece, un homenaje a su memoria e importancia. Gloria Saldarriaga figura como la editora central de toda la publicación.
Una joya local que les recomiendo a ojo cerrado como parte de su archivo sobre la moda colombiana, su impacto y su transformación. Pueden adquirir Manifiesto cuatro por medio de Sara Bonilla, vía WhatsApp +573113729787.
Mucho amor y sabrosura pura.
Su latingal,
Beli.
