Mario Mendoza
Por: Andrés Lugo Saiz
Nacido en Bogotá (1964), Mario Mendoza se ha vuelto el hijo pródigo literario del país. Las editoriales lo califican como un rey Midas. Todo lo que escribe se vende. Y, a decir verdad, no hay escritor colombiano más prolifero.
Su pasión por la literatura comenzó a una temprana edad cuando, recluido en un hospital por una apendicitis que se complica y sus largos meses de recuperación, se dedicó a leer. Una tía, hermana de su padre, un curtido veterinario que con su sabiduría lo curó, le regaló su primer libro lo que lo convirtió en lector.
Con el paso de los años, la literatura se convirtió en su pasión. El primer pasó que dio en la materia fue el estudio que realizó en la Pontificia Universidad Javeriana. Allí, conoció a el hombre que posteriormente se convertiría en uno de los principales protagonistas de su novela Satanás: Campo Elías Delgado, protagonista de unos de los hechos de sangre más violentos de la década de los 80.
Se trataba de un veterano de guerra, que se había enlistado en el ejército estadounidense. Después regresó a Bogotá y entre el 2 y el 4 de diciembre de 1986 cometió una serie de asesinatos. Primero el de su madre y después sin mediar palabra asesinó a otras nueve mujeres y más tarde protagonizó la masacre en el restaurante Pozzetto al norte de la ciudad, donde perdieron la vida 22 comensales.
Delgado conocía a Mario Mendoza con quien intercambia algunas discusiones sobre literatura. En su periplo de muerte lo buscó en varias oportunidades, pero no lo encontró. Los investigadores dijeron en su momento que posiblemente lo hubiera matado. Asesino que luego serviría de inspiración para su novela Satanás, publicada en el año 2002 y por la cual ganó el premio Biblioteca Breve de Seix Barral.
Dentro de la obra de este prolijo autor bogotano, se encuentran otras novelas de gran reconocimiento como lo son La travesía del vidente y la serie de Frank Molina que recientemente sirvió de inspiración para la película Los Iniciadosestrenada el día 7 de julio en Amazon Prime. Para el autor capitalino no es nueva la presentación de sus obras en la gran pantalla ya que antes se había visto proyectada gracias a la película del 2007 Satanás. Esta película homónima de su novela fue recibida con gran apremio por la crítica cineasta siendo ganadora de los premios a mejor actor y mejor película en el Festival International Des Espoirs Du Cinéma en Mónaco.
Mendoza tiene un éxito comercial y una constancia literaria que lo caracterizan; sin embargo, dentro de esta constancia ha logrado romper el molde mediante permanentes transiciones creativas.
Ha logrado con rotundo éxito escribir novelas, cuentos y más recientemente, novelas gráficas que le han permitido explorar diferentes formas de narrativas literarias. Con su última novela gráfica ha buscado romper paradigmas y utilizar la tecnología como complemento, utilizando una aplicación que acompaña el libro y provee contenido visual.
Más allá de esto, en su obra se hace evidente un estilo único y reconocible, visiblemente influenciado por grandes autores como lo son Edgar Allan Poe y Robert Louis Stevenson. La influencia de estos autores, resalta a través de los elementos propios de la novela policial y de misterio que se ven plasmados en las páginas de sus novelas, que, en conjunto con escenas crudas y diálogos desconcertantes, acompañados de elementos distópicos y sobrenaturales, constituyen el imaginario oscuro e intrigante asociado a su nombre y que es parte de su marca personal.
Es importante mencionar, la existencia de un elemento de aún mayor trascendencia en la gran mayoría de sus obras, la ciudad. Es esta la verdadera protagonista de muchas de sus novelas, donde podemos leer la influencia de Bogotá en sus historias, utilizándola no como un extra que constituye el contenido ambiental y contextual donde se desarrollan las historias, sino como un actor activo y protagonista en la historia misma.
Es realmente de admirar la constante renovación artística de Mario Mendoza, la cual se da sin perder de vista los elementos fundamentales que lo han constituido como el escritor que es hoy en día. Lo fundamental y a la vez lo que lo hace exitoso es su capacidad para representar a Bogotá y a Colombia en su obra, no sólo como lugares geográficos, sino como las idiosincrasias que los constituyen. Es esto lo que lleva a sus lectores a cuestionar su identidad tanto propia como compartida, su obra nos muestra que las reflexiones sobre el yo y el nosotros se dan también desde la imaginación y la literatura.