Cuatro años después de Tiempos recios, Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, regresa a la novela con Le dedico mi silencio, que llega a las librerías hoy, 26 de octubre, publicada por Alfaguara. La ficción y el ensayo se entremezclan en una obra en la que el autor peruano vuelve sobre un tema que le obsesiona desde hace años: el de la utopía, pero, en este caso, de una utopía cultural con la música peruana como núcleo y pretexto.
Vargas Llosa aseguró en una entrevista concedida a Efe que sabe que será la última porque cada novela se lleva tres o cuatros años enteros de su vida. "Esto no significa que no siga escribiendo hasta el último día de mi vida",aseguró y añadió que ha llegado a sus 87 años "muy tranquilo y trabajando hasta el hartazgo".
Con Le dedico mi silencio (su novela número veinte), Mario Vargas Llosa culmina una obra narrativa de sesenta años (La ciudad y los perros se publicó en 1963).
Toño Azpilcueta, experto en música criolla, descubre a un guitarrista virtuoso, Lalo Molfino, cuyo talento parece confirmar todas sus intuiciones: el amor profundo que siente por los valses, marineras, polkas y huainos peruanos tiene una justificación social.
Tal vez lo que ocurra sea que la música criolla es, en realidad, no sólo una seña de identidad de todo un país y expresión de esa actitud tan peruana de la huachafería («la mayor contribución de Perú a la cultural universal», según Toño Azpilcueta), sino algo mucho más importante: un elemento capaz de provocar una revolución social, de derribar prejuicios y barreras raciales para unir al país entero en un abrazo fraterno y mestizo.
En un país fracturado y asolado por la violencia de Sendero Luminoso (la novela transcurre a principios de la década de los noventa, en plena ofensiva terrorista), la música podría ser aquello que recuerde a todos los que conforman la sociedad que, por encima de cualquier otra cosa, son hermanos y compatriotas. Y en esto es posible que el virtuosismo de Lalo Molfino tenga mucho que ver.
Toño Azpilcueta decide investigar más sobre este guitarrista, viajar a su lugar de origen, conocer a este personaje esquivo, saber de su historia, de su familia y amores, de cómo llegó a convertirse en un artista tan excelso. Y se propone también escribir un libro donde contar la historia de la música criolla y desarrollar esa idea que ha inoculado en su mente el descubrimiento de este músico extraordinario.
«La escritura de Mario Vargas Llosa ha dado forma a nuestra imagen de Sudamérica y tiene su propio capítulo en la historia de la literatura contemporánea. En sus primeros años, fue un renovador de la novela, hoy, un poeta épico».