No hay duda en que la voz del director mexicano se ha convertido en una e las más importantes del cine contemporáneo, el ganador del Oscar y considerado uno de los mejores contadores de historias de fantasía y horror, ha tenido una carrera bastante nutritiva para poder hablar con autoridad sobre distintas polémicas en torno a la forma en que se crean y conciben expresiones artísticas.
No es de extrañar este pensamiento sobre esta tecnología, viniendo de un artesano cuyas historias se basan en la profunda experiencia humana y su afectación por las emociones y sentimientos, esencia, características ineludibles y necesarias para comunicar ideas, sueños y emociones
Si bien es cierto que las vanguardias moldean y presentan espacios nuevos de creación, herramientas novedosas y a la par de los avances técnicos y tecnológicos, es también un puerta sin llave para distintos mundos en los que no hay reglas aún definidas en torno a qué es válido y qué no en el momento de “crear” un objeto de apreciación artística.
Uno de las polémicas más grandes y pertinentes de nuestro tiempo, sin duda tiene que ver con la “Inteligencia Artificial” (IA) y su entrada al mundo del arte. Se han creado distintos programas que usan algoritmos para construir imágenes de la nada y ofrecer “obras” basadas en datos digitales que podrían en algún momento, tener la capacidad suficiente para perfeccionarse y reemplazar la experiencia de la mano, la voz o el movimiento humano, relegando al autor mortal a un segundo plano.
Teniendo esta y seguramente muchas cosas en contra de la “IA” por parte de los creadores artísticos, se ha pronunciado al respecto uno de los más grandes directores de cine de nuestra época diciendo lo siguiente para el medio Collider: «Yo consumo el arte hecho por humanos; me conmueve profundamente. Y no estoy interesado en las ilustraciones hechas por máquinas, en la extrapolación de información” Continuaría destacando: «hablé con Dave McKean, quien es un gran artista, y él me dijo que su esperanza es que las Inteligencias Artificiales no puedan dibujar”. Terminaría refiriéndose al arte* creado por «IA» diciendo:«es un insulto a la vida misma».
No es de extrañar este pensamiento sobre esta tecnología, viniendo de un artesano cuyas historias se basan en la profunda experiencia humana y su afectación por las emociones y sentimientos, esenciales características ineludibles y necesarias para comunicar ideas, sueños y emociones. Por lo pronto, el arte aún seguirá naciendo de las manos mortales que crean objetos atemporales y suspendidos en la eternidad, solo hasta que el dominio de la máquina se instale por completo en la dinámica humana y la experiencia del sentir.