Desde el 29 de septiembre, Bogotá ha reanudado el racionamiento diario de agua debido a los bajos niveles en el embalse de Chingaza, que abastece a la capital y sus alrededores. Esta situación también afecta a otras ciudades y países de Latinoamérica que enfrentan sequías severas.
La reactivación del racionamiento de agua en Bogotá es parte de una crisis más amplia que incluye incendios forestales y ríos con caudales reducidos en varias regiones de Latinoamérica. Las autoridades están tomando medidas para gestionar el abastecimiento de agua y evitar una emergencia mayor en la ciudad.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, informó que se están evaluando diversas opciones para mejorar el abastecimiento. “La posibilidad de explorar como fuente de agua para Bogotá, agua subterránea de la región, es una de las alternativas que se están estudiando”, dijo Galán.
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En relación con la crisis del agua, el presidente Gustavo Petro sugirió la declaración de “situación de desastre” para reunir recursos y poner en marcha sistemas de recolección de aguas lluvias para usos no potables. A través de su cuenta de X, Petro también destacó la gravedad de la situación de los ríos Paraguay y Amazonas, que presentan niveles de agua bajos.
El presidente añadió que “las actuales lluvias no devolverán el embalse de Chingaza a niveles normales antes de la nueva temporada de sequía en enero”. Además, mencionó que abordar este problema es complejo y requiere de medidas a largo plazo, como revitalizar la selva amazónica y mejorar el río Bogotá.
La reanudación del racionamiento y las propuestas del gobierno se dan en un contexto donde la seguridad hídrica de Bogotá es un tema crítico que afecta a millones de habitantes, lo que ha llevado a las autoridades a buscar soluciones inmediatas y sostenibles.