El reciente apuñalamiento de tres niños en Irlanda ha desencadenado una reacción apasionada de Conor McGregor, quien no ha dudado en arremeter contra el gobierno. La crítica, que llevó a una investigación por odio, ha llevado al famoso peleador de la UFC a contemplar un nuevo campo de batalla: la política.
En un tuit, McGregor expresó su disgusto por la gestión actual y planteó la posibilidad de postularse para la presidencia. Desafiando a figuras políticas de larga data, mencionó su juventud, pasión y falta de afiliación partidista como fortalezas. Su propuesta incluye votaciones regulares y una presidencia que refleje la voluntad del pueblo.
El inesperado giro hacia la política de McGregor generó respuestas inmediatas, incluida la del empresario Elon Musk, quien alentó la idea. McGregor, conocido por su estilo directo, reiteró su deseo de hacer una diferencia genuina y abogó por una "verdadera democracia" que refleje las necesidades y preocupaciones del público.
La posibilidad de que un ícono deportivo como McGregor ingrese a la arena política ha generado un debate sobre la conexión entre el deporte y la política. Mientras el luchador continúa desafiando los límites en el octágono, ahora podría enfrentar un desafío aún mayor en el escenario político de Irlanda. La pregunta que queda en el aire es si la nación estará lista para un presidente proveniente del mundo de las artes marciales mixtas.