La reciente convocatoria de la Selección Colombia de mayores para los próximos compromisos de la fecha FIFA ha levantado más que polémica. La decisión del entrenador Néstor Lorenzo de dejar fuera al portero Kevin Mier en favor de jugadores como David Ospina y Álvaro Montero ha generado un intenso debate en el ámbito futbolístico nacional. ¿Es justo privilegiar la experiencia sobre el rendimiento actual? ¿Qué mensaje envía esta elección a las nuevas generaciones de talento?
El caso de Kevin Mier resulta especialmente destacable. Con apenas 23 años, se ha consolidado como uno de los porteros más destacados en el fútbol mexicano, brillando con actuaciones sobresalientes bajo los tres palos del Cruz Azul. Su convocatoria a la Selección Colombiana parecía un paso natural, un reconocimiento merecido a su calidad y consistencia en el campo. Sin embargo, para sorpresa de muchos, su nombre brillaba por su ausencia en la lista de Lorenzo.
En contraste, la presencia de David Ospina y Álvaro Montero en el llamado de la Selección ha generado interrogantes legítimas. Ospina, si bien cuenta con una trayectoria destacada tanto en el ámbito nacional como internacional, atraviesa un momento de incertidumbre debido a sus lesiones y su falta de continuidad en el terreno de juego. Por otro lado, Montero, pese a su experiencia, se encuentra en una etapa de rendimiento irregular con Millonarios, evidenciando falencias que han puesto en riesgo el arco del equipo.
La pregunta que surge entonces es ¿por qué privilegiar la experiencia sobre el rendimiento actual? La decisión de Lorenzo de convocar a jugadores como Ospina y Montero en detrimento de Mier parece responder más a una visión conservadora que a una evaluación objetiva del desempeño de los arqueros. Si bien es cierto que la experiencia puede ser un activo valioso en determinadas circunstancias, no debería ser el único criterio a considerar al momento de conformar una selección nacional.
La omisión de Kevin Mier no solo afecta al jugador en cuestión, sino que también envía un mensaje preocupante a las nuevas generaciones de futbolistas colombianos. ¿Cómo motivar a los jóvenes talentos a esforzarse y destacarse en sus clubes si, a la hora de las convocatorias, se prioriza la trayectoria sobre el mérito deportivo? Es fundamental que las decisiones de los cuerpos técnicos estén respaldadas por un análisis riguroso del rendimiento de los jugadores, dejando de lado prejuicios y preferencias personales.
En un momento en el que el fútbol colombiano busca renovación y frescura, es imperativo que se brinde oportunidades a aquellos jugadores que demuestran estar en su mejor momento. Kevin Mier representa esa juventud talentosa y ambiciosa que merece ser reconocida y respaldada por su país. Además de que en México, el portero ha recibido en varias ocasiones, las mejores calificaciones por cuenta de los analistas. Es hora de apostar por el presente y el futuro del fútbol colombiano, dejando atrás viejas concepciones sobre quiénes merecen o no un lugar en la Selección Nacional.
