Kelvin Kiptum tiene tan sólo 23 años. Ha corrido apenas tres maratones. Valencia a finales del año pasado; Londres en abril y Chicago en octubre del 2023. Las tres las ganó. En Valencia llamó la atención por su ritmo. En Londres estuvo a tan sólo 20 segundos del récord mundial.
En Chicago pulverizó la marca mundial: dos horas y 35 segundos. 34 segundos menos que la marca impuesta por Eliud Kipchoge, la leyenda de la maratón. El hombre que no había tenido rival en los últimos ocho años.
Kiptum, también de Kenia, hasta hace apenas un par de años estaba dedicado a pastorear ovejas y cabras en Chepkorio su tierra natal, donde se preparan los mejores atletas élites del mundo. Cuando los veía pasar cerca de su rebaño, los comenzaba a seguir por kilómetros, a velocidades fantásticas y totalmente descalzo. En ese entonces tenía apenas 13 años y los cazatalentos del atletismo comenzaron a fijarse en su maravillosa marcha y la facilidad con la que corría.
En ese entonces, era muy pobre como para pensar en dejar el pastoreo y dedicarse al atletismo. No tenía ni siquiera para comprar un par de zapatos como tampoco para pagar el transporte a la ciudad de Eldoret, a tan sólo 40 kilómetros de distancia, donde había pistas especiales y entrenadores de nuevas promesas.
Sólo corría en su pueblo, con un grupo de amigos. Allí lo descubrió Gervais Kakizima, uno de los mejores atletas de Ruanda, quien durante años corrió maratones y en 2016 comenzó a entrenar a la nueva súper estrella de la distancia. Lo hace en los bosques de Kenia. Semanalmente acumula entre 250 y 300 kilómetros de entrenamiento, una barbaridad.
“Kiptum tiene 23 años. Ha corrido tan sólo tres maratones y las ha ganado. En Chicago pulverizó el registro mundial”
Su corta edad y el tiempo del récord impuesto en Chicago, en un recorrido que está entre los más lentos del circuito mundial, ha hecho pensar a los expertos, que se está en la antesala de lograr correr la distancia de los 42 kilómetros y 186 metros en tan sólo dos horas. Desafiando los límites fisiológicos y mantener un ritmo constante por encima de los 22 kilómetros por hora y romper la barrera de las dos horas. Un imposible que cada vez más se hace realidad.
El nuevo mesías de la maratón tiene a los expertos con la boca abierta. La razón: la segunda mitad de la maratón la corre en negativo, es decir mucho más rápido que los primeros 21 kilómetros. Totalmente contrario al resto de los maratonistas. Eso significa desafiar la fisiología muscular, cuando el lactato acumulado comienza a incidir en el rendimiento y la velocidad disminuye especialmente entre el kilómetro 30 y 40. Kiptum en esos 10 kilómetros en Chicago corrió más rápido que cualquier otro atleta en el mundo. Lo hizo a razón de 2 minutos y 45 segundos por kilómetro. En 13 minutos y 51 segundos corrió entre el kilómetro 30 y 35. A un ritmo infernal. Una auténtica locura.
Es el primer atleta en romper la barrera de 2:01 minutos. Tan sólo 35 segundos lo separan de la mítica barrera de las dos horas. Con tan sólo 23 años, una vida de espartano, la nueva tecnología de zapatillas, alimentación y descanso, muy seguramente lo logrará. Hay una maratón especial para hacerlo: Berlín. Donde más rápido se corre, a velocidades ultrasónicas, donde Kipchoge es el rey, hasta ahora.
