Por Luis Miguel Pascual
Jonas Vingegaard afrontó espoleado la segunda etapa pirenaica del Tour de Francia, un día después de que Tadej Pogacar le obligara a hincar la rodilla en la primera.
Camino del Plateau de Beille, una subida más dura y menos explosiva que Pla d'Adet, conde cedió 39 segundos con el esloveno, el danés se la jugó al todo o nada, tratando de asfixiar al esloveno el día en el que el verano regresó a las carreteras del Tour.
La estrategia del Visma acabó colocando al equipo del ganador de las dos últimas ediciones ante una evidencia: No tienen armas para competir con el líder del UAE.
"Hay que reconocerlo, Pogacar es el más fuerte", aseguró el director del Visma, Greicha Niermann, mientras que el propio Vingegaard aseguraba que, salvo un desfallecimieno o un imprevisto del esloveno, tendrá que conformarse con ser segundo.
"No tengo nada que perder. Parece difícil ganar este Tour, pero Tadej puede tener un día malo, ya lo hemos visto en el pasado. Es lo único que puedo esperar. Si mantiene el nivel, es difícil", afirmó el danés, que por vez primera pareció dar por perdido el Tour.
Vingegaard tenía una apuesta clara: sobrevivir a las dos primeras semanas de Tour y esperar que en la tercera recuperara su mejor versión, la que no pudo traer desde el principio por la caída de abril.
El danés fue aguantando los golpes de Pogacar, en San Luca, en el Galibier, en la contrarreloj, e incluso se permitió contrarrestarlos en el macizo central, cundo se impuso en la etapa y recortó un segundo la diferencia.
Pero los Pirineos han dejado de manifiesto que todavía no está a un nivel competitivo suficiente para rivalizar con el mejor Pogacar, que afronta la última semana con más de tres minutos de margen.
"Es una ventaja importante, pero tenemos que seguir trabajando en las seis jornadas que restan", señaló el esloveno, que ha podido hacer lo que más le gusta sobre la bicicleta: atacar.
El Tour al ataque como el Giro
Lo viene haciendo desde que empezó el Tour, que ha convertido en una continuidad del Giro, donde apenas dejó espacio a los rivales.
En las dos últimas jornadas ha conseguido sumar dos nuevos triunfos de etapa para dejar casi visto para sentencia el Tour.
Pogacar atesora 14 victorias en el Tour, tres esta temporada, siete en los Pirineos, diez en llegadas en alto. Sus números del año son increíbles y suma ya 17 triunfos en 45 días de competición, más de un tercio de las carreras en las que ha participado.
El esloveno pareció dudar tras haber sido batido en Le Lioran, cuando las casas de apuesta comenzaron a creer en la remontada de Vingegaard.
Pero el esloveno ha demostrado una gran fortaleza mental y, sobre todo, física, una fuerza que le coloca muy por encima del resto de sus rivales.
"Está en otro planeta y creo que el Visma se ha dado cuenta", aseguró el belga Remco Evenepoel, el tercero del podio, que ya se conforma también con acabar en ese escalón en su primer Tour.
El UAE sabe que tiene la carrera en su mano y se obstinó en matizar la euforia. "En el Tour todo es posible, hasta en una etapa en llano todo puede cambiar", aseguró el director deportivo, Andrej Hauptman.
La única evidencia es que el intento de Vingegaard de asfixiar a Pogacar en la sartén de los Pirineos se saldó con un fracaso y que ahora el primer escalón del podio parece inalcanzable. El todo o nada del danés sirvió para dejar claro que, salvo accidente, el Tour está cerrado.