El Paris Saint-Germain amargó este miércoles el estreno histórico en la Liga de Campeones del Girona con una victoria por 1-0 en el Parque de los Príncipes con un gol en propia portería en el minuto 90 de Paulo Gazzaniga, que había sostenido con vida al equipo de Míchel Sánchez hasta ese momento.
El cuadro de Luis Enrique, semifinalista de la última edición, hizo más méritos que su rival para sumar los tres puntos en la primera jornada de la fase liga de la renovada Champions y en el primer encuentro europeo sin Kylian Mbappé, pero no logró la victoria hasta el último suspiro, cuando el empate ya parecía inevitable.
El estreno catalán en la Liga de Campeones tuvo un final amargo, pero los mil aficionados desplazados aplaudieron a sus jugadores al finalizar el duelo: hace tres años el Girona estaba en plazas de descenso a Primera RFEF y ahora es el equipo español que ha necesitado menos años en Primera para alcanzar la máxima competición europea (4).
El PSG saltó al césped con mucha ambición y al minuto de juego Bradley Barcola ya había firmado la primera internada peligrosa en el área rival. Los locales se adueñaron del balón desde el inicio y tuvieron dos claras ocasiones claras antes del cuarto de hora, arrinconando al Girona.
Primero Ladislav Krejci, notable en su debut como titular de rojiblanco, desvió a córner de forma providencial un fuerte disparo de Warren Zaïre-Emery y justo después Marco Asensio, tras recibir un precioso pas de tacón del propio Zaïre-Emery, rozó el palo izquierdo de Paulo Gazzaniga con un chut cruzado.
El cuadro francés avisaba y dominaba el partido, pero cumplido el minuto 15 su posesión, cercana al 65% al descanso, se tornó estéril e improductiva.La presión adelantada de Míchel impedía que Vitinha y Fabián Ruiz pudieran conectar con sus atacantes y el PSG acosaba cierta falta de creatividad e ideas.
El Girona se dejó ir y ganó metros, tranquilidad y soltura con el paso de los minutos, al tiempo que el adversario perdía fluidez y se equilibraba el duelo, de igual a igual en la última media hora de la primera mitad. El paso adelante visitante no bastó para disparar contra el ruso Matvey Safonov, debutante por la lesión de Gianluigi Donnarumma, pero el PSG, de menos a más, había dejado de crear peligro.
Tras el descanso el PSG, que había perdido por lesión a Marco Asensio, sustituido por Randal Kolo Muani (39'), volvió al campo con la firme voluntad de recuperar la iniciativa cedida, pero topó con un Girona que quería seguir tuteando a su rival y pisar área. En el 52' Safonov evitó el 0-1 al interceptar un gran pase de cabeza de Cristhian Stuani, primer capitán del Girona en Europa, hacia Viktor Tsygankov.
Acto seguido Ousmane Dembélé recibió un pase de Kolo Muani y cabalgó solo hacia Gazzaniga, pero se durmió y Krejci, de nuevo clave, le birló el balón cuando ya iba a rematar. Era un gol cantado.
Poco después Gazzaniga y el larguero se aliaron para repeler otro disparo del '10' francés, tan voluntarioso e incisivo como poco acertado.
A Luis Enrique le gustaba poco lo que estaba viendo de su equipo, incomodado por el Girona, e hizo un triple cambio a la hora de juego: entraron Désiré Doué, Kang-in Lee y Joao Neves por Barcola, Fabián Ruiz y Vitinha, tan poco protagonistas. Míchel redobló su apuesta ofensiva con Arnaut Danjuma, Portu y Yáser Asprilla, además de Jhon Solís.
El PSG no dejó de intentarlo, por mediación de un Kolo Muani que remató cuatro veces sin premio. En la más clara, asistido por Achraf Hakimi, se dio la vuelta y solo desde el vértice del área tiró demasiado cruzado cuando el Parque de los Príncipes ya saboreaba el gol. Su disparo se fue muy cerca del palo.
Hakimi también tuvo el gol en sus pies en otra ocasión más que manifiesta, franca, pero volvió a emerger la figura de Gazzaniga, salvador.
Mantuvo con vida al Girona hasta el minuto 90, pero entonces cometió un error que se tradujo en una cruel derrota. Nuno Mendes desbordó a Arnau Martínez por el flanco izquierdo del ataque local y centró sin aparente peligro. La pelota no iba entre los tres palos, pero Gazzaniga se la introdujo en su propia portería al intentar embolsarla y el PSG al fin pudo celebrar la victoria.